Las medidas no tranquilizan. Quizá al padre Ángel, Mocito Feliz de Sánchez. Pero el apocalipsis económico (y el político y el institucional) está ahí. Y ni un recorte, todo gasto. Impuestos a las eléctricas y los bancos (serán para nosotros). Los privilegiados todavía podemos pagar ... cosas. En noviembre ya veremos. La disyuntiva entre «las soluciones que propone el curandero y las que plantea el médico especialista». El curandero es Feijóo, figurante sin frase. El especialista, él (¿habrá visto 'Dr. Death'?).

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Se ha montado en su discurso un orgullo de ser de izquierdas. Las leyes de Vivienda, Trans, del Aborto, de Memoria Democrática. Belarra le alaba haber reorientado el rumbo. Preguntada la ministra del extraño prestigio por qué no aplaudió a Sánchez, dijo: «Más que aplaudir, hay que saber escuchar». Hay que saber gobernar. Vamos camino del Orgullo del Tercer Mundo, pero sin Faemino y Cansado. Aunque diga La Renfe, como Paquita Salas.

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