Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
No van y dicen ahora que quieren proponer un impuesto extraordinario a los supermercados. Esto de los impuestos extraordinarios está proliferando: a las energéticas, a los bancos y ahora a los supermercados. Cuando algo ocurre tantas veces deja de ser extraordinario para convertirse en ordinario. ... Ordinario en todos los sentidos.
La fiscalidad tiene el objetivo doble de recaudar y de fomentar comportamientos. En cuanto al primer fin, lógicamente el legislador busca recaudar más de quien más tiene. Pero en referencia al segundo fin de los impuestos, habría que valorar muy bien qué tipo de comportamientos queremos incentivar entre los contribuyentes: si en cada ocasión que un negocio o sector despunta, ya sea por buen hacer o por coyuntura (si es por coyuntura recordemos que será algo temporal y por tanto, también vendrán coyunturas malas) se le castiga con una excesiva imposición, quizá estemos haciendo anidar la idea de que… es mejor no prosperar.
Ya usé aquí el caso imaginario de Fulano. Que es un tío de clase media que abre un ultramarinos y contrata a un par de personas: es el héroe social, alguien que lleva un pequeño negocio. Es alguien políticamente correcto. Pero como Fulano sea realmente bueno, logre hacer crecer su negocio y consiga tener una cadena de supermercados, ojo. Ahora sería alguien que se enriquece a costa de los demás. Y hay que machacarlo a impuestos. Sé que es una exageración y no es tan flagrante como lo describo, pero se comprende el mensaje (espero). La idea es que no podemos esperar a que alguien prospere para condenarlo, porque entonces… quizá a nuestros ciudadanos les dé por no prosperar nunca.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.