Está pasando con Djokovic lo que con 'No mires arriba'. Un idiota endiosado y una película mala y plana provocando discusiones 'dizque sesudas'. Algo así como las interpretaciones antifranquistas que se hicieron en su día de 'La cabina', que no era más que una historia ... de terror. Djokovic es un tenista fabuloso. Hasta me cae bien, cosa que casi siempre me ha sido imposible con deportistas de lo que un día fue Yugoslavia. Me da igual serbios o croatas (Drazen Petrovic era croata).

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Se puede ser un merluzo y el número uno de tu profesión. Y cuando digo merluzo también incluyo a gente inteligente. ¿O alguien querría tener a su lado a Patricia Highsmith? Según su editor en EE UU, era «mala, cruel, dura, imposible de amar y nada afectuosa». Una señora que viajaba con caracoles dentro del sujetador. No la quiero al lado, la quiero en las estanterías. Djokovic parece más tontorrón. Es Mr. Chance, pero otros lo ven como Rosa Parks y Miguel Servet.

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