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Hay películas que crecen mientras las ves y aún más al acabar; es entonces cuando abarcas su armonioso conjunto y un rato después notas el buen poso que te han dejado. 'Noticias del gran mundo' ('News of the World') es para mí uno de esos ... gratificantes casos. La ha dirigido Paul Greengrass, un sólido director que escoge bien lo que quiere contar. A él se debe, entre otros apreciables títulos, 'United 93', que considero la mejor película sobre los atentados del 11-S, centrada en el avión que los terroristas no pudieron estrellar donde querían por sublevación del pasaje, según la hipótesis de Greengrass.
'Noticias del gran mundo' es un canto a la civilización contrapuesta a diversas oscuridades y llevado a cabo sin pretenciosidad. La historia (basada en una novela de Paulette Jiles) se apoya en una hermosa idea en sí misma, que alcanza una categoría simbólica. Tom Hanks encarna con absoluta solvencia (creo que era Carlos Boyero quien decía que Hanks se ha convertido en el heredero de James Stewart) a un viejo capitán del ejército confederado que en 1870 recorre los pueblos de Texas con un peculiar y modesto espectáculo: leer y comentar al público congregado, a 10 centavos la entrada, una selección de noticias que ha escogido de los periódicos que cada vez puede conseguir. La gente disfruta de las noticias con un sesgo humorístico, se enfada con lo que no está de acuerdo y se conmueve con las tragedias ajenas. Son muy buenas las escenas de lectura ante esas variadas personas que son analfabetas o no llegan periódicos a sus pueblos o sus jornadas de trabajo son tan absorbentes que no disponen de tiempo para leer nada. La película transmite la esencia del cuarto poder: el valor de la información y de la cultura y el deber de oponerse a la barbarie y denunciarla (como mostraba también la obra maestra 'El hombre que mató a Liberty Valance'). Es destacable la parte del villorrio degenerado sometido a la dictadura de un cacique que es casi un trasunto del Kurtz de 'El corazón de las tinieblas'.
La vida errante y más o menos apacible del capitán se trastoca por el hallazgo casual de una niña de origen alemán que fue raptada y ha crecido entre los kiowas (entronca así con 'Centauros del desierto' en una situación narrativa opuesta). A partir de ahí, el peso de la historia se incrementa por la suma de un dilema moral y del principio de que hay que estar a la altura de las circunstancias y hacer frente a lo que te ha tocado en suerte sin darle la espalda; y en su desenlace, la película, que seguramente habría gustado al maestro John Ford, es todavía mejor. No se la pierdan.
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