Misteriosa

En este mundo tan prosaico, la prensa del corazón se ha convertido en el último refugio de los poetas y solo por eso debemos defenderla con ahínco. Garcilaso de la Vega echaría hoy el currículum en el 'Hola' o tendría que ponerse a currar como fresador. También podría petarlo en Instagram si refrenase su pasión por los endecasílabos, que son un coñazo de largos.

Pero les hablaba de que al ver esas impactantes y decisivas fotografías yo pensé, de manera muy tierna, en Iñaki Anasagasti. Tal vez recuerden ustedes que, cuando se supo que Urdangarin tenía la manaza larga, su tocayo esbozó una importante teoría sociológica: Iñaki era un mocetón vasco de buena familia del PNV (y, por lo tanto, genéticamente noble e incapaz de toda felonía), así que no quedaba otro remedio que pensar que se había visto arrastrado al delito por aquella novia lumpen y de mala familia que se echó.

Pudiera ser, aunque yo tiendo a pensar que don Iñaki (U.) también puso algo de su parte y no se contentó con cumplir de manera admirable con su augusto papel de fecundador de princesas. En cualquier caso, supongo que don Iñaki (A.), al ver las fotos, habrá pensado con alivio que, esta vez sí, parece maja la chica. Sobre todo ahora que sabemos que, además de misteriosa, es alavesa.