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El centro y sur de la península, como es de rigor, han tenido demasiado verano. En el norte ha brillado por su ausencia; es decir, no ha brillado mucho. Aquí, salvo por la inexcusable ola de calor, ha sido gris, y es una verdadera suerte ... poder quejarse de un verano gris en lugar de poder quejarse de un verano infernal. Es maravilloso también poder quejarse de un ambiente otoñal que nos ha pillado por sorpresa, más que nada porque hemos perdido la costumbre, en vez de llorar las consecuencias de la borrasca 'Boris'. Otra vez el último verano ha sido el más caluroso y, puesto que sigue entrando más energía (o sea calor) en el gran sistema del clima, este se vuelve más y más inestable lo mismo que las sociedades humanas bajo la presión de los enormes flujos de información y desinformación que producen, absorben y regurgitan.
Las imágenes de campos, pueblos y ciudades sumergidos impresionan, pero menos que si las viéramos por la ventana de casa. En Chequia, Eslovaquia, Polonia, Austria y Rumanía hay miles de hogares sin electricidad ni agua potable, una veintena de muertos y varios desaparecidos. Ahora bien, son decenas los muertos y cientos de miles los afectados por el tifón 'Yagi', en Birmania. Las fluctuaciones habituales del clima se van transformando en fenómenos extremos, y los fenómenos extremos se vuelven cada vez más destructivos. La temporada de lluvias ha sido de puro horror en la región africana del Sahel, donde los muertos se cuentan por centenares. Estas cosas suelen pasar desapercibidas porque ocurren en otro lugar, pero la gente hoy día viaja mucho, y así, cuando las lluvias torrenciales en Marruecos sacaron dos vehículos de la carretera y resultó muerta una turista española, la noticia ocupó casi tanto espacio en titulares como los dos millones de damnificados de las inundaciones del Sahel.
La cornisa cantábrica ha sufrido un verano inestable, pero en África la inestabilidad es otra cosa. África no está en otro planeta, y esto es algo que percibimos cuando llegan las pateras, o cuando los turistas sirven como sondas que entran en aquella realidad y la hacen visible. Respecto a la inestabilidad social y política, tiene muchas causas, naturales y artificiales. El Gobierno de España intenta con su 'Plan de Acción por la democracia' atajar algunas de estas últimas. Es tarea difícil. Y el plan en cuestión no parece el mismo cuando lo describe la oposición y cuando lo hacen sus promotores. ¿Se puede promover la transparencia desde el poder? Quizás no, o quizás dependa del grado de transparencia del poder mismo. En todo caso, cada vez hay más mensajes inundándolo todo y cada vez es más difícil entenderse.
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