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El no con lacito

El no con lacito

Convertimos una posibilidad casi inexistente en un sí futuro a base de autoengaño

Domingo, 9 de marzo 2025, 00:03

Por muchas vueltas que queramos darle y aplicar subjetivas apreciaciones respecto a lo que nos gustaría que fuera, todo lo que no es sí con ... claridad, es no. Era una sencilla máxima que le gustaba soltar a Fernando Marías en un tono entre jocoso y lapidario. Resulta una perogrullada, algo evidente, pero para algunas personas parece que no lo es tanto. Tenemos una especial habilidad para agarrarnos a un clavo que no es que esté ardiendo, sino que no existe, tomando las palabras que desestiman con cortesía la petición o el ofrecimiento (es habitual en las fórmulas de rechazo de un manuscrito en las cartas de editoriales), o los eufemismos que evitan la cruda franqueza de las razones auténticas del no descarnado, por un puede ser, un quizá, y convertimos a base de autoengaño esa posibilidad casi inexistente en un sí futuro que depende de que se den unas condiciones harto improbables, pues solo han sido algodones del que desestima para mostrar amortiguada la contundencia de la negación sin vuelta de hoja. «Sí, bueno, me dijo que las circunstancias tienen que mejorar para poder llevarlo a cabo, pero que más adelante seguro que…» «O sea, te dijo que no.»

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