Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
No cabe duda de la ventaja que el candidato Illa les sacó a los demás en la jornada del domingo no sólo en votos, sino en la elegancia a la hora de celebrar su victoria y felicitar y agradecer a quienes correspondía. No se dejó ... a nadie, desde su círculo más cercano hasta el último interventor de su partido, sin excluir a los ciudadanos y servidores públicos implicados en la jornada. Y fue justamente esta elegancia que le caracteriza la que hizo más llamativo que a una parte de los funcionarios que estuvieron el domingo entero al pie del cañón optara por no aludirlos de forma directa, sino mediante una fórmula genérica que le ahorraba precisamente nombrar a los cuerpos desde los que prestan sus servicios.
No tuvo el candidato Illa problema alguno en referirse por su nombre a los Mossos d'Esquadra, pero a los agentes de la Guardia Civil y la Policía Nacional movilizados para garantizar el normal desarrollo de las elecciones los despachó bajo la fórmula «demás cuerpos de seguridad». Puede creer Illa o quien le hiciera el discurso -que leyó en versión bilingüe, catalán y castellano, otra admirable muestra de deferencia- que no se iba a notar cómo los esquivaba, que al no ser cuerpos policiales exclusivos de Cataluña, pese a tener competencias en la comunidad, se iba a entender que pasara por encima de ellos sin nombrarlos.
Pero claro que se notó, y difícilmente entienden quienes se dedican al servicio público de los catalanes, ni más ni menos que otros, que a ellos no se los quiera aludir sino de una manera indirecta, que es tanto como omitir que están ahí. Y sobre todo, pasarlos por alto refuerza el mensaje de quienes sí los nombran: ya sea para denigrarlos, ya para halagarlos y quizá tratar de atraerlos a una alineación partidista que no les corresponde.
Las instituciones del Estado, como la Policía Nacional y la Guardia Civil, son y deben ser de todos los españoles, sea cual sea su ideología, incluso de aquellos que no quieren serlo y que los consideran fuerzas de ocupación, a quienes están igualmente obligados a servir. Que el candidato del PSC tenga miedo -o simplemente prevención- a la hora de nombrarlos es un pésimo síntoma de por dónde van a ir los próximos meses. Es de veras loable el empeño de Illa por impulsar un reencuentro entre los catalanes y de los catalanes con el resto de los españoles, pero difícilmente se logrará avergonzándose de unos para contentar a los otros. Semejante estrategia sólo favorece a quienes desean que lo español sea invisible y a quienes tratan de apropiárselo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.