Para Baroja, la simpatía y la antipatía eran muy importantes en el arte (lo decía sobre sus contemporáneos). Y a propósito de Valle: «Una buena idea de sí mismo es la base de muchas superioridades del mundo: de las sociales, de las artísticas y de ... las literarias. Lo primero que hay que tener es confianza en uno y en sus condiciones, tanto en las verdaderas como en las falsas. Valen tanto las unas como las otras». A don Pío no le interesaban los toros y mucho menos el fútbol. Luis Enrique, como Mourinho, es Valle en muchas cosas. Valle tenía un anhelo de perfección en su obra. También le gustaba tocar las narices. La lista de la selección y la rueda de prensa del técnico no sorprenden. «A la primera pregunta no voy a contestar. A la segunda, tampoco». Su listón con la selección es «el infinito». No es que haga mucha ilusión ganar un Mundial en ese país del que usted me habla. Pero qué demonios, los entrenadores no están para ser amables.

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