Infanta de Castilla

No obstante, frecuento la lectura de libros de memorias y autobiografías. Me han resultado placenteras las de Michael Caine, que descubrí por la recomendación de Oskar Belategui en un artículo. Las han titulado 'La gran vida'; es más acorde con lo narrado el original, 'The Elephant to Hollywood', que hace referencia a la cuna de Caine en el duro barrio obrero de Elephant and Castle, en el sur de Londres (del que también era originario Charles Chaplin), y a su itinerario profesional hasta el triunfo de ser acogido por Hollywood.

Caine, que tomó su nombre artístico de la película 'El motín del Caine', revela su conciencia de clase, a la que no renuncia a lo largo de la vida, y narra con gracia las dificultades de un 'cockney' de difícil acento para abrirse camino como actor. Es muy bueno el retrato que traza de sus padres, una pareja de sencillos y estoicos luchadores por la supervivencia en medio de la pobreza de Elephant and Castle, el barrio cuyo símbolo es un elefante con un castillo (una torre almenada) sobre el lomo. La etimología más o menos legendaria del peculiar nombre sería la degeneración oral por mala pronunciación (antecedentes de la jerga 'cockney') de «Infanta de Castilla», en referencia a Leonor de Castilla o Catalina de Aragón, princesas españolas importantes en la historia de Inglaterra.

Caine prodiga en sus memorias estupendas anécdotas. Por ejemplo, la de una descomunal juerga etílica con Peter O'Toole, su compañero de reparto en una obra de teatro. Se despertaron en un piso desconocido. Michael preguntó qué hora era. Peter le respondió que eso no era lo importante, sino qué día. Averiguaron que en solo dos horas comenzaba su función en la otra punta de Londres.