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No me gustaría ser Zverev. Seguramente me daría de baja de la semifinal, alegando gastroenteritis. Y lo mejor es que no mentiría. Porque estaría con retortijones cada vez que alguien me mencionara el partido de hoy.

Pero no soy Zverev. E igual va el tío ... y gana porque es otro campeón. Pero Nadal acojona.

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elcorreo El guerrero sin ocaso