Vamos a lo importante: Rusia no puede participar en Eurovisión. Desde la UER alegaron que el festival era un acontecimiento cultural apolítico. Y que podía participar. La cadena ucraniana había solicitado su expulsión por lo de ser «un portavoz del Kremlin y una herramienta clave ... de propaganda política financiada con el presupuesto estatal ruso». Luego recularon. Si no somos capaces de vetar a Rusia en Eurovisión, qué demonios vamos a esperar de la utilidad de otras sanciones. Rusia, como dijo McCain y ha repetido Borrell, es una gran gasolinera. Una gasolinera con un zar a los mandos de los surtidores. Un país donde la democracia no está bien vista gracias a Yeltsin y su combinación de autoritarismo, corrupción y caos. Esa debilidad fue contestada por Putin y su «vertical de poder». Qué democracia ni qué ucraniano muerto. Biden acusa a Putin de «querer restablecer la Unión Soviética». Pues sí, la URSS no participaba en Eurovisión.

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