El juez Carretero, titular del Juzgado de Instrucción número 47 de Madrid, va a pedir amparo al Consejo General del Poder Judicial para protegerse del linchamiento mediático que dice sufrir tras la filtración de sus interrogatorios a Elisa Mouliaá y a Íñigo Errejón por la ... denuncia de ella por presunta agresión sexual. Así, a bote pronto, se me ocurre que toda mujer que se arriesga a poner una denuncia semejante está reclamando el amparo de la ley. Pero el mundo de la mujer parece estar rodeado de sutiles abismos que los hombres no acaban de comprender y esta batalla puede que no termine nunca. Las victimas no tienen que tener el perfil de la actriz; algo incontinente en sus declaraciones y pisando charcos de los que sale perjudicada. Eso no quiere decir que no tenga derecho a que alguien escuche su amargura, imprecisa o no, con cautela y educación.

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El juez Carretero pide amparo y no sé lo que tendría que pedir esta chica por soportar un interrogatorio más soez que pertinente, con preguntas tales como para qué se sacó el pene Errejón, o cuánto tiempo estuvo el exdiputado chupándole las tetas. Está claro que, pese a la nueva ley que contempla el consentimiento, este tipo de procesos va a requerir contar hasta diez antes de pasar a las palabras gruesas que se merece este juez. No sé lo que pasará con este proceso, pero la posición de la actriz frente al tribunal era más de lo mismo, el poderoso que, antes de otorgar su divina palabra, sienta las bases de quién manda allí. Este hombre ha conseguido que muchas jóvenes eviten la tentación de pedir amparo a los tribunales cuando sufran una 'sutil' agresión, porque hay que ser muy valiente para soportar una humillación tan demoledora.

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