El complejo sistema de recuento de la votación de las elecciones europeas todavía no ha finalizado en el momento en que escribo, pero sus resultados no sufrirán alteraciones importantes. Unos 187 millones de votantes de los 27 países que conforman la UE han expresado su ... opinión. Europa vira ligeramente a la derecha, pero los partidos proeuropeos de centro siguen teniendo la mayoría. La lectura, como sucede en las novelas, es distinta en cada país integrante. Por aquí, un rumor envenenado corre entre los ciudadanos que temen perder el control del modelo de esta vieja y polémica Europa a la que accedimos con la lengua fuera; preferimos ver la botella medio vacía que pensar que seguimos teniendo el control y que debemos trabajar para que siga siendo así. La 'gran coalición' entre el Partido Popular Europeo de centro- derecha, los Socialistas y Demócratas de centro-izquierda y el grupo Renovar Europa se va a asegurar un 56%, aunque su relación es cada vez más tensa.

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Este acuerdo entre partidos ha supuesto un cortafuegos contra lo que todos tememos: la radicalidad que destruye lo conseguido. Hasta aquí paz y después gloria, pero lo que me pregunto es por qué no sigue España este modelo en su política interior. Ver lo que nos separa e ignorar lo que nos une no nos traerá nada bueno, Macron lo ha entendido bien y, ante el avance de la extrema derecha, ha disuelto la Asamblea. En Italia, el viernes se daban de puñetazos los señores diputados enarbolando banderas y disensiones territoriales. Quizás deberíamos dejar de mirarnos el ombligo y levantar la cabeza para ver las sombras que podrían acechar nuestro horizonte.

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