De pequeña hablaba al revés o con la pe. Costaba, pero era estimulante. Lo de desdoblar el lenguaje debe de ser muy bueno, como Louis CK decía de la pederastia, que comparaba con unas chocolatinas que le encantaban. «Pero si alguien me dijera 'cómete otra ... e irás a la cárcel y todo el mundo te odiará', las dejaría». Debe de ser bueno para algo cuando tantos lo hacen. Desdoblar. La doble mención artificiosa al masculino y al femenino, circunloquio innecesario. Yolanda Díaz, la ministra del extraño prestigio, se presentó el sábado en el congreso de 'cecé oó' y dijo que iba a reformar la reforma laboral del PP, aunque ardiera el monario (vale, lo del monario me lo he inventado). Disfrazada de drapeada señorita Rotenmeier y con la espalda cargada (no sé, quizá un poco de pilates), empezó con un «Autoridades, autoridadas…». No me río, desdoblar tiene que ser una tarea muy difícil, afecta al cerebro y al final acabas diciendo 'abercoque'.

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