Vladímir Putin necesita convertir su país en una isla digital para que su sangrienta invasión salga adelante. Y no solo por la desinformación. Ha prohibido Facebook y Twitter en su territorio y también ha cerrado internet en previsión de ciberataques a sus sistemas vitales. Por ... el momento, varios 'hackers' occidentales han reivindicado ataques a infraestructuras rusas que no han podido ser acreditados. Uno de los medios más perseguidos ha sido 'Meduza', un canal independiente muy popular en Rusia al que las autoridades de Moscú han considerado «agente extranjero» con el objetivo de asfixiarlo económicamente. Los responsables de este canal han realizado una afirmación que resume perfectamente la situación: sin censura, Putin no habría llevado a cabo la invasión.
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El presidente ruso necesita la mentira tanto como el armamento. Solo así ha conseguido que algunos ciudadanos rusos sigan considerando que la invasión es una «operación de rescate» en la que los civiles no están siendo masacrados.
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