

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Parece el anuncio de Jon Nieve. 'Winter is coming'. Yo creo que este chico empezó a decirlo el día que cambió la hora. Ese momento ... que produce más 'jet lag' que volver de Sydney. Ese momento funesto en el que echas de menos el día para echar de más la noche. Advenediza, temprana e inoportuna noche.
Yo no sé si se ahorra mucho con este cambio horario. Pero desde luego, siendo una sociedad eminentemente de servicios y teniendo el horario que tenemos, a las seis de la tarde es como pronto cuando nos ponemos a merendar. Y en general, a consumir y a hacer gasto. Con lo que vivimos diariamente muchas horas sin luz; horas que hemos de tirar de luz artificial, no habiendo natural. Que quizá lo que deberíamos hacer de una vez es amoldarnos a un horario más europeo y cenar cuando merendamos, porque si no ¿qué nos aporta que amanezca a las 7 si hasta las 9 no funcionamos? Quiero decir que, si cambiamos la hora pero no los hábitos de vida, que nos hacen seguir despiertos durante más horas oscuras que diurnas, es como quien tiene tos y se rasca las narices.
¿Quizá sea el cambio de hora una estrategia de los centros comerciales para comenzar antes la campaña de Navidad? Por cierto, que el día real de la Natividad no se supo nunca a ciencia cierta. Se sabe el año, pero no el día. Pero si se decidió celebrar el 24 de diciembre -en una feliz elección- fue porque era el día aproximado que los romanos conmemoraban el Sol Invictus. El día en el que el Sol volvía a hacerse más fuerte. A ir ganando tiempo a la noche. Así que toca aguantar y, como para todo en la vida, ser conscientes de que cada día de oscuridad que pasa estamos uno más cerca de volver a ver la luz.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
Pastillas, cadáveres en habitaciones distintas... la extraña muerte de Gene Hackman y su mujer
Oskar Belategui | Mercedes Gallego
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.