Los mares están hechos un asco. Las bolsas de plástico flotan como medusas biónicas confundiendo a los peces. Los mismos que llegan a la pescadería con su estómago repleto de micropartículas plásticas y que con nuestra memoria de pez, o con el morro de toda ... la vida, nos llevamos a nuestra casa en otra bolsa de plástico que, como el día de la marmota, hará el mismo itinerario, pues al finalizar el día bajaremos la basura en otra bolsa de plástico para depositarla en el contenedor y dormir sin culpa…

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La hipocresía climática o medioambiental, aunque esté encabezada por nuestros políticos, es una cuestión individual. Nada podremos conseguir sin modificar nuestro estilo de vida. Las acciones pequeñas nos parecen inútiles comparadas con las grandes y sin embargo todo empieza con un pequeño movimiento. Dentro de esta bolsa de hipocresía hay dos variantes. De un lado, los gobiernos que no hacen aquello que pregonan que están haciendo o harán, y que se han comprometido públicamente en sus campañas, y del otro estamos todos; una colección de individuos contaminadores que con la boca pequeña nos vamos promocionando ecologistas, pero seguimos la cadena de estupidez programada.

En ambos casos hay una desconexión de la evidencia científica y como conclusión se podría decir que somos unos idiotas, irresponsables irredentos a los que nuestra voluntad no nos alcanza ya para nada. Hace muchos años los sistemas comunistas imponían lo colectivo como la única manera de conseguir el bien común. Quedó bien demostrado que el sistema hacía agua por todas partes, puesto que los individuos necesitaban recuperar su libre voluntad. Ahora, tras la pandemia, y con el planeta hecho unos zorros, es más que evidente que la naturaleza tiene la ultima palabra y lo que pase en India o en China repercute en Madrid o en Helsinki.

La solidaridad no es un bien de catequistas o verdes desorientados, es la imposición del sentido común. No basta con reciclar las botellas de suavizante y convertirlas en regaderas, y no es admisible la subliminal publicidad del turismo espacial que hacen ya las empresas 'Blue origin', 'Virgin Galactic', 'Space X' o las muchas que vendrán. Una conocida empresa de material electrónico ya ha comenzado a sortear viajes espaciales, «(...) ofrecer viajes al espacio a una serie de afortunados para celebrar el poder y el prodigio de la innovación. Siempre hemos creído en la capacidad de la innovación para transformar vidas, y es por eso que nuestros investigadores y diseñadores innovan constantemente para mejorar los productos que fabricamos aquí en la Tierra (...)». La hipocresía del cambio climático está servida.

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