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Del inagotable catálogo de Filmin aprecio especialmente los buenos documentales sobre cine que incluye y renueva. He disfrutado mucho de dos nuevos. El primero es 'Ingrid Bergman: retrato de familia'. Su peculiaridad es que, además de material referente a su carrera, incluye filmaciones domésticas de ... la vida de la actriz con sus sucesivas familias, todo ello narrado por la voz de Alicia Vikander. Esas imágenes tienen interés y encanto en sí mismas, y transmiten la serenidad y el brillo magnético de Ingrid Bergman. Un buen momento del documental es cuando aparecen, juntos y en la actualidad, los tres hijos que tuvo con Roberto Rossellini. Isabella cuenta una percepción hermosa: que cuando su madre entraba en una habitación, su presencia iluminaba el espacio y a quienes allí estuvieran. Era una mujer inteligente y con una práctica de la libertad al precio que costase. Impresionada por la visión de 'Roma, ciudad abierta', escribió a Rossellini para decirle que quería trabajar en cualquier película suya. Se enamoraron, Ingrid dejó en Estados Unidos a su marido y a su hija todavía en la infancia y se fue a vivir a Italia, donde rodó varias películas con Rossellini (entre ellas 'Stromboli' y 'Europa 51'), fue su pareja y tuvo con él los citados tres hijos.
El otro estupendo documental es 'Billy Wilder habla', montado a partir de las entrevistas que en 1988 le hizo Volker Schlondörff en el estudio de Wilder en Beverly Hills. En ese despacho era donde escribía con su amigo y guionista I.A.L. Diamond (leí en algún sitio que después de que murió su compañero, Wilder seguía acudiendo allí a diario para echarlo de menos). Es un placer el despliegue de simpática ironía del viejo Billy Wilder y escuchar las muchas anécdotas que cuenta, entre ellas de famosos actores con los que trabajó. Dice de Marilyn Monroe que era sorprendente que fuera capaz de soltar un monólogo de más de una página de guion sin un solo fallo, y sin embargo una toma con una única frase hubiera que repetirla un montón de veces porque se equivocaba. Cuenta de Marlene Dietrich cuando vivía ya retirada (creo que en París), que la llamaba para quedar con ella y Marlene enmascaraba su voz y decía que era la criada o la secretaria. Wilder la descubría y ella se buscaba otra excusa para no verlo. Del ya muy alcohólico William Holden narra su solitaria muerte a los 63 años. Borracho en su apartamento, se dio con la cabeza contra la mesilla de la cama y murió desangrado. Se descubrió su cadáver a los tres días de haber fallecido; estaba en estado de descomposición y en medio de un gran charco de sangre coagulada.
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