Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
En los diez meses de confinamiento que llevamos, Amazon, la mayor tienda del mundo, se ha convertido en nuestro cordón umbilical con el exterior. Hemos dejado de ver el rostro de nuestros conciudadanos y, por supuesto, el de nuestros vendedores. Un timbrazo, un rostro fugaz ... y un paquete en la escalera. Todo anónimo. Frío. Una relación con el mundo exterior, en zapatillas. Sin roce, sin regateo, sin ver, sin tocar. Todo virtual. Está cambiando la economía, pero también nuestro modo de vida.
La pandemia mundial está activando el comercio 'online' a niveles estratosféricos y en ese terreno la empresa de Jeff Bezos se ha convertido prácticamente en un monopolio. Es cierto que desde su creación ha abierto la puerta por la que otras empresas tradicionales han llegado al comercio electrónico y al futuro, pero la cuestión es: ¿a qué precio ha logrado convertir el mundo en un supermercado global a golpe de clic? Según las últimas investigaciones de mercado, por cada puesto de trabajo que crea Amazon, destruye dos. No hay más que dar una vuelta por las ciudades para contemplar las ruinas por el derrumbe del pequeño comercio. Empezaron distribuyendo libros y ahora son líderes en la venta de informática, ropa, electrónica, juguetes, música, vídeos, medicamentos, ferretería... Están controlando el mercado silenciosa pero implacablemente.
Su objetivo es mucho más ambicioso: banca, seguros, coches y, fundamentalmente, almacenamiento de información, la nube. También en ese terreno se está convirtiendo en líder y monopolio. Los críticos dicen que amenaza la democracia y a los consumidores con su poder para fijar las reglas del mercado y vender la ideología del consumo y controlar los contenidos que veremos en series y cine. Con su pinta de vendedor de coches en Seattle, Jeff Bezos no suscita temor. Pero no sabemos a dónde nos puede acabar conduciendo su bulimia planetaria.
La Comisión Europea ha empezado a frenar sus irregularidades fiscales con multas multimillonarias pero el problema se ha agudizado con el confinamiento provocado por el virus. Con el pequeño comercio maniatado la plataforma global se está poniendo las botas. Solo en EE UU controla ya la mitad del comercio electrónico aplastando a la competencia. Reino Unido y Europa han sucumbido a su poderío, como Australia. Uno de los programadores del núcleo fundador de Amazon dijo: «Ayudé a crear algo que quizás no constituya un beneficio para el mundo». Ahora surgen movimientos que se enfrentan a su acaparamiento del mercado; recogidas de firmas bajo el lema 'Por una Navidad sin Amazon'.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.