Máximo riesgo

Martín Descalzo decía (lo pongo en mis palabras) que si amas algo has de arriesgar. Y eso hace sufrir. Si decides no arriesgar por nada, no sufrirás, pero será porque estarás muerto.

La prudencia es una gran virtud. Que ha de imperar a la hora de elegir objetivos. Pero una vez sabes lo que quieres, qué quieres ser, qué buscas dejar impreso con tu vida, hay que arriesgar con los medios. Porque aunque el fin nunca los justifique, sí justificará el riesgo. Esto siempre me recuerda al salto de fe de Indiana Jones en 'La última cruzada'.

Cuántos 'Mozart asesinados' habrá en el mundo por haber constreñido a nuestros jóvenes a unos raíles, a una jaula reluciente, a lo seguro. A mis hijos tendremos que darles una recomendación sobre sus futuros estudios. Y nos debatiremos entre que vuelen libres y se dejen llevar por algo vocacional ('quiero hacer Arte Dramático, papá'… Uf...) o cortarles temporalmente las alas si les vemos la cabeza llena de pájaros. También habrán de aprender (hemos de hacerlo todos) que a veces hay que pasar travesías en el desierto, formándose y fermentando, para después poder elegir. No sé si acertaremos. Supongo que nuestra única labor como mentores es acompañar y moldearlos hacia una madurez. Y, una vez logrado, acompañar en el viaje que cada uno elija. Solo uno mismo es capaz de dar su salto de fe.