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El otro día me falla la batería de la moto. Decido llamar al seguro. Pero reparo en que (no me juzguen) ni sé con qué aseguradora estoy. Miro en mi cuenta a ver qué aseguradoras me pasan recibos. La aseguradora X y 250 euros al ... año. Llamo. «Hola, buenas, que mi moto está sin batería». Y le digo la matrícula. «Perdone, caballero, usted aquí no tiene esa moto asegurada: tiene otra». ¿Otra? Sí, en concreto la que vendí hace cuatro años. Pero sin dar de baja el seguro. He dicho que no me juzguen.

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elcorreo Darse de baja de la vida