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Chivite

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Imagino que estará recibiendo algunas leves presiones de aquí y de allá. Y otras no tan leves

Sábado, 8 de junio 2019, 01:15

Me refiero a María Chivite. Es la candidata a presidir la Comunidad Foral de Navarra, la secretaria general del PSN. Ha cumplido los 41 años hace un par de días. Y de repente se ha encontrado en el ojo del huracán. Todo el mundo está ... hablando de ella. De la tesitura en que se encuentra. De lo que al final hará o no hará. Una situación delicada. A pesar de que llevamos el mismo apellido y vivimos de la misma ciudad, ni somos parientes ni la conozco personalmente. Es decir, no tengo ni idea de cómo está gestionando esto, ni de cuál será su decisión. Puede que ni ella lo sepa todavía. Puede que, al final, ni siquiera sea ella quien decida. De todas formas, imagino que estará recibiendo algunas leves presiones de aquí y de allá. Y también, por supuesto, algunas otras presiones no tan leves. Por no hablar de la permanente atención mediática, que también tiene lo suyo. Pero ese es su trabajo, no suframos por ella. «Navarra es un puzle raro», ha dicho desde Madrid José Luis Ábalos, el hombre fuerte del partido. Y puede que lo sea, sí. Durante la campaña electoral, Chivite lanzó un mensaje claro: «No facilitaremos la presidencia de Esparza». Lo dijo varias veces y lo ha vuelto a repetir estos días. José Javier Esparza es el líder de UPN. Se ha aliado con el PP y con Ciudadanos en una candidatura llamada Navarra Suma que ha sido la lista más votada con 20 escaños (de un total de 50). Esparza se ha ofrecido a apoyar la investidura de Sánchez con sus dos diputados en el Congreso si el PSN le cede la presidencia de Navarra. Pero, naturalmente, sus socios (PP y Ciudadanos) le han fruncido el ceño y le han dicho que de eso nada. Solo hay una posibilidad de que la coalición de derechas gobierne Navarra y depende necesariamente de que el PSN de María Chivite le apoye. Cosa difícil de imaginar y que, como digo, se ha descartado por activa y por pasiva. ¿Los socialistas navarros permitiendo que gobierne el PP y sus amigos? Parece imposible. La otra posibilidad tampoco es sencilla. Consistiría en un cuatripartito compuesto por los 11 escaños del PSN, los 9 de Geroa Bai, los 2 de Podemos y el de Izquierda-Ezkerra. De este modo sumarían 23. Pero para que esto fuera viable haría falta además que Bildu no votara en contra. ¿Podría ocurrir? ¿Tal vez sí? Vamos a suponer (aunque quizá sea mucho suponer) que los 7 de Bildu estuvieran dispuestos a abstenerse sin pedir nada a cambio. ¿Estaría el PSOE de Ferraz dispuesto a aceptar eso? Porque si algo se ha dicho también por activa y por pasiva es que el PSOE no quiere absolutamente nada con Bildu. En fin, hasta ayer mismo, María Chivite se mantenía en sus trece. Ya ha tenido contactos con Geroa Bai, Podemos e I-E. «Navarra no puede ser moneda de cambio», ha dicho Uxue Barkos. El que hasta ahora no dice nada es Sánchez. Suspense.

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