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EFE
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Jueves, 28 de febrero 2019, 00:49

La politización del juicio del 'procés' que intentaron los acusados durante su momento de gloria, corrió ayer a cargo de sus abogados defensores. Con poca fortuna. Porque, en el turno de los testigos, cambiaron las tornas. Los dos representantes de la CUP que intentaron montar ... una escena al negarse a contestar a las preguntas de la acusación popular, como era su obligación, terminaron expulsados de la Sala. El impasible y paciente presidente, que había dejado explayarse sin límite a los acusados, ató ayer en corto a los letrados. No solo a Francesc Homs corrigiendo sus múltiples errores de procedimiento. A todo aquel que intentó salirse por la tangente, pretendiendo desvirtuar el juicio penal en una causa política. Manuel Marchena no pasó ni una. Ni a los defensores de los acusados, ni a la acusación popular ni a la propia Fiscalía. El juicio entraba ayer en su fase decisiva, con el inicio del desfile de los 500 testigos que no pueden faltar a la verdad. Y el juez no estaba dispuesto a que la causa se convirtiera en un juicio político. Había dejado, en días anteriores, la portería sin defensa para que los acusados se desahogaran en sus alegatos.

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