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Las cosas se pueden hacer siempre de dos formas: bien o mal. Este jueves, Joseba Agirre y Ángel Villacampa devolvieron al seguidor del Athletic parte de la confianza en la cúpula de su staff técnico que quedó muy en entredicho en la comparecencia de Rafa ... Alkorta el martes. Repasadas ambas ruedas de prensa a uno le queda la impresión de que en el club conviven dos mundos paralelos: el femenino y el masculino.
Los máximos responsables del primero transmitieron lo que se espera en una comparecencia para hacer balance del curso y presentar los planes para el futuro inmediato. No faltó un punto de autocrítica, cuando Agirre admitió que algo habrá hecho mal el Athletic si no ha sabido retener a tres jugadoras clave; hubo datos, como el número de internacionales; información sobre lo que se ha hecho para mejorar la estructura y su funcionamiento diario; y hasta un mensaje en clave positiva por parte del entrenador cuando afirmó que, pese a las bajas, se niega a pensar en pequeño.
Se podrá estar de acuerdo o no con lo planteado, ese es otro debate, pero Agirre contó lo que ha estado haciendo y lo que piensa hacer y, sobre todo, dejó claro que sabía de lo que estaba hablando.
Para cuando los responsables del femenino se presentaron ante los medios, el aficionado llevaba dos días estupefacto tras lo que había visto en la comparecencia del máximo responsable deportivo de la entidad. Una cosa es querer ser cercano y otra la negligencia que mostró Alkorta a lo largo de toda su intervención, hasta el punto de sembrar la duda sobre su verdadero dominio de la materia.
Se trataba de que hiciera un balance de la temporada, es decir, que transmitiera la valoración oficial del club, y que anunciara la plantilla que iniciará el próximo curso. Algo tan elemental como previsible. Nada más. Pero hubo que esperar ocho minutos hasta que un periodista preguntó por las incorporaciones desde el Bilbao Athletic, uno de los objetos centrales de la rueda de prensa. Subirán cinco, aunque el director deportivo se olvidó de uno, cuyo nombre tuvo que recordarle el director de comunicación, como le tuvo que confirmar la fecha en la que comenzará el curso en Lezama. Hubiera bastado con que Alkorta llevara un papel con cuatro anotaciones para evitar una situación que compromete de manera absurda su credibilidad. La cosa no mejoró cuando otro periodista le tuvo que preguntar por la situación de los cedidos, a quienes ni había mencionado.
Una rueda de prensa del director deportivo del Athletic debe ser más seria en lo formal y mucho más precisa y coherente en su contenido. No se sostiene que el director deportivo que fichó hace año y medio a Ibai y a Kodro pagando su traspaso al Alavés y al Copenhague, diga ahora que el Athletic no puede optar a jugadores con contrato en vigor. Por cierto, definir a ambos como «mis fichajes estrella» no tiene ninguna gracia.
Alkorta tampoco transmitió demasiada autoridad, por muy solemne que se pusiera recordando varias veces que a Núñez le quedan dos años de contrato, cuando el acuerdo del defensa con el club vence en junio de 2023, según se publicó cuando lo firmó en octubre de 2017.
Ejercer de máxima autoridad deportiva del Athletic no admite bromas, ni la indolencia que transmitió su titular. Y llueve sobre mojado. La cercanía y la simpatía no pueden compensar la falta de rigor. El director deportivo de un club como el rojiblanco, además de ser competente, debe parecerlo.
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