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La 'metamorfosis' acaecida en la personalidad de Donald Trump este verano ha saltado por los aires. Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos y tercera autoridad del país, anunció el martes la apertura de la investigación previa para el proceso de ... destitución -'impeachment'- de Trump. El detonante que finalmente lleva a los demócratas a abrir las diligencias de un juicio político al actual inquilino de la Casa Blanca son sus maquinaciones ante el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, instándole a investigar en Europa sobre Joe Biden, su presumible oponente como candidato demócrata en las próximas elecciones de 2020. Pelosi declaró «¡ha violado la Constitución!», por lo que accede a activar la primera etapa de una acusación solemne al presidente estadounidense. El ala izquierda del Partido Demócrata lleva dos años y medio pidiendo poner fin a los inusitados ataques de Trump al Estado y sus instituciones. ¿Cuáles son los hechos que abocan a EE UU a un incierto periodo en el peor de los escenarios geopolíticos para el mundo?
Un lanzador de alerta en los servicios de información estadounidenses y una conversación de Trump con el recién elegido mandatario de Ucrania, no muy transparente, son los desencadenantes de la decisión de Pelosi. Exasperado, el líder de EE UU tuitea: «¡Acoso presidencial!». Lo grave es que el 18 de septiembre el 'Washington Post' hacía pública la existencia de una conversación entre Donald Trump y un dirigente extranjero que, en razón de su contenido, habría impulsado a un miembro de la Administración a alertar al inspector general de los servicios de información nacional, Michael Atkinson. Una actuación sin precedentes acerca de un presidente de Estados Unidos.
«¡Otra historia de 'fake news'!», brama el dirigente de los republicanos mientras asistía al desmenuzamiento de su agenda en las semanas previas a la alerta. Dos son las llamadas retenidas: la efectuada al presidente Zelensky y la correspondiente a su homólogo ruso, Vladimir Putin. Los informes remitidos por la Casa Blanca sobre estos intercambios son tan parcos que nada aclaran sobre el diálogo sospechoso. «¿Cómo podría yo decir cualquier cosa inapropiada de mi país a un dirigente extranjero? (…) ¡Yo sólo haré el bien para mi país!», exclama el descompensado Trump.
Según el 'Washington Post', el inspector general de la inteligencia Atkinson, al juzgar suficientemente certera la información puesta en su conocimiento, informó al Congreso de su existencia. Vencidas las resistencias de miembros del Departamento de Justicia cercanos a Trump, arguyendo la falta de «criterios de urgencia» de la supuesta queja, la controversia llega a la Comisión de Información de la Cámara de Representantes. Su presidente, el demócrata Adam Schiff, atento al silencio impuesto a Atkinson por la 'autoridad', ha estado valorando el recorrido judicial de la petición que Donald Trump planteó a Zelensky en su contacto telefónico. Hasta en «ocho ocasiones», publicó el 'Wall Street Journal' el 20 de septiembre, el magnate inmobiliario pidió al presidente ucraniano la apertura de investigaciones sobre la familia de Joe Bilden.
Desde hace meses, personas próximas a Trump vienen incitando a las autoridades ucranianas a reabrir investigaciones potencialmente dañinas para el campo demócrata. Un primer asunto concierne al hijo de Joe Biden, Hunter, miembro de un consejo de administración en una sociedad gasista desde 2014, en un momento en que su padre era vicepresidente de EE UU. El segundo empeño de Trump está en probar unos lazos entre la Administración ucraniana y los enviados del Partido Demócrata para investigar sobre el fraude fiscal y delitos monetarios de Paul Manafort, su antiguo director de campaña hoy encarcelado por su pasado financiero. A su vez, el exalcalde de Nueva York Rudy Giuliani, abogado del presidente estadounidense para estas tareas, confirmó a la CNN sus solicitudes de investigación sobre la familia Biden ante los mandatarios ucranianos. Cabe señalar otro detalle aportado por el 'Wall Street Journal': coincidiendo con la misteriosa llamada de Trump a Zelensky, Ucrania esperaba la entrega de una ayuda militar estadounidense de 250 millones de dólares. Retenida por el presidente norteamericano en razón de «la corrupción que barre el país europeo», tuvo que ser desbloqueada en agosto por la presión de los miembros del Congreso, tanto demócratas como republicanos. Las sospechas de una entrega de favores derivada del intercambio telefónico de 25 de julio entre los presidentes no está del todo descartada.
El imprevisible Donald Trump da pruebas de consistencia en comportamientos reiterados que hacen hábitos y constituyen carácter. Ahora deberá explicarse sobre el uso de su función con fines políticos directamente orientados a favorecerle. Biden habla de abuso de poder y de humillación del país sin límite alguno. Exige la publicación de la transcripción de la llamada misteriosa para que los estadounidenses juzguen por sí mismos. El asunto es delicado sobre todo cuando el pasado del actual presidente de EE UU se caracteriza por la divulgación de informaciones confidenciales, encuentros secretos con Rusia, sustracción de notas a las intérpretes sin facilitar informes posteriores, desautorizaciones de los informes del FBI y de la inteligencia norteamericana en público… Estamos en campaña. Los acontecimientos nos devuelven a Mueller y las interferencias rusas de 2016. La controversia de los cómicos presidentes trae a escena a Nancy Pelosi como estrella principal. Afortunadamente.
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