Camarada absoluto

Volviendo al Lejano Oriente, ayer Xi Jinping presentó a los seis miembros del Comité Permanente del Politburó. Y había que verlos desfilando también con la debida sincronización tras el camarada líder en un escenario rojo, rojísimo, más rojo que los glóbulos de Trotski. La uniformidad iba incluso más allá de lo habitual y los conocedores de China advierten de que en la nueva cúpula del Partido ya no hay ningún equilibrio o contrapeso, nadie que no sea de obediencia total a Xi Jinping. Tampoco hay ninguna mujer. Ni nadie con menos de sesenta años. La única muestra de pluralidad que parece advertirse en el Politburó consiste en que uno de los nuevos miembros, Cai Qi, rompa el consenso capilar de la jerarquía comunista y, no solo se deje las canas sin teñir, sino que esté el hombre además bastante calvo.

«Os serán familiares», les dijo Xi Jinping a los periodistas al presentarles al nuevo Comité Permanente, que estaba permanentemente en posición de firmes ante una autoridad cada vez con más poder y menos fecha de caducidad. La exhibición fue clara e incontestable. Incluso sin ser de Eusko Alkartasuna, muchos de nuestros líderes debieron de mensajear ayer a su secretario de organización, o lo que sea, mientras lo veían todo por la tele: «Disciplina interna y reverencias. Necesito más de eso ya».

PNV y Bildu sostienen que el asunto de la nueva denominación para los vinos de Rioja Alavesa es puramente económico y denuncian su politización. «Son solo negocios», vienen a decir. «Hombre, ya, como siempre», pensará usted. Es habitual que los políticos lamenten la politización mientras hacen política, generalmente de la mala, que es la que busca el rédito antes que el consenso. El Gobierno vasco tramita la nueva denominación, que el PNV celebra y el PSE lamenta. Son sentimientos igualmente técnicos. Tienen que ver con mantener la hegemonía en la Rioja Alavesa o con evitar que en La Rioja gane el PP hasta el fin de los tiempos. Cuando hace un año Aitor Esteban retiró su propuesta para crear una nueva denominación de vinos alaveses explicó que prefería no generar debate y tratar discretamente con el ministro Planas. Generar debate en un Parlamento. Habrase visto semejante politización.

Hace unos años en Toronto descubrieron que vivir con diez árboles más en tu manzana equivalía en términos de felicidad a mejorar tus ingresos en diez mil dólares. Ignoro cómo concluyen esas cosas en Toronto, pero son una de las ciudades más arboladas del mundo. Las ventajas son conocidas: sombra, oxígeno, silencio… Y hay algo más. Algo aun mejor. Allí donde crece un árbol comprensible suele haberse evitado un peligro incalculable y aterrador: la alianza temporal del concejal echado para adelante y el diseñador urbano de vanguardia.