Bolsas en Bruselas

La presidenta del Parlamento Europeo definió ayer a los implicados en el escándalo: «Individuos que se encuentran en una posición donde les ofrecen una bolsa de dinero y no la rechazan». Parece que ya hay al menos sesenta. Roberta Metsola garantiza que van a revisarse las decisiones que puedan haberse adoptado bajo «influencia indebida» y van a aplicarse un montón de reformas. Entre ellas, acabar con esos 'grupos de amistad' que quizá servían para que el país corruptor pudiese sobornar a varios corruptos a la vez. Ya puestos, propongo otra medida anticorrupción: vigilar el bar del Parlamento. Es que nuestro eurodiputado Miguel Urbán -siete años sobreviviendo en Bruselas a las matanzas internas de Podemos- ha revelado que, cuando hay sesiones en la Eurocámara, todo el mundo sabe que la embajada marroquí monta «prácticamente una oficina permanente en el bar». Como si en el reparto de los dones le hubiese tocado la belleza pero no la resistencia a los interrogatorios, Francesco Giorgi cantó ayer de plano y confirmó los rumores: en el 'Qatargate' está implicado Marruecos. Buscan, al parecer, influir en decisiones sobre el Sáhara Occidental y el control de los flujos migratorios. Tranquilidad máxima, claro. Nada de eso nos puede salpicar.

El subtexto redobla la épica y es bueno que los Mundiales terminen muy arriba, con finales que impliquen odios históricos, revanchas bélicas y grandes venganzas futbolísticas. Por desgracia, entre Argentina y Francia no hay cuentas pendientes, más allá del anatema de que Carlos Gardel pudiese nacer en Toulouse. Sí las hay en términos de sucesión entre Messi y Mbappé, compañeros en lo del jeque, pero enemigos en el olimpo balompédico. Messi, el mejor de la historia; Mbappé, el mejor del momento. Ambos con apodos ridículos: 'La Pulga', el argentino; 'La Tortuga', el francés. Messi carga en las espaldas el destino de su patria exagerada y ya no es tan rápido; Mbappé, en cambio, es un misil y ganó el Mundial hace cuatro años. El francés habla varios idiomas. Messi apenas dice nada. Desde este rincón, el domingo se banca al argentino. ¿Una pulga trágica, genial, muda y atribulada? No hay más preguntas. Siempre a favor.

Dos hermanas de nueve y once años tiroteadas por su madre, una agente de la Guardia Civil que a continuación se suicida. Un padre que recibe una llamada y sale a encontrarse con los cadáveres de sus hijas. Y al segundo una sociedad podrida de ideología encontrando la confirmación, el argumento, la excusa para exhibirse justiciera e interpelar a un ministro, a un partido, a un rival, a quien sea. Un segundo después, las respuestas furiosas de vuelta, automáticas y cargadas de razón. Más griterío. Para arropar a dos niñas que han sido asesinadas.