Donald Trump ha firmado una orden para que las redes sociales sean responsables de lo compartido en sus canales. Se trataría de una reacción a la aplicación de la nueva estrategia antibulos de Twitter en mensajes del presidente. Trump tuiteó que el voto por correo, ... una opción para unas elecciones durante el coronavirus, sería fraudulento. Twitter dudó de su veracidad con un discreto enlace para ampliar información. Para Trump supone un ataque a su libertad de expresión. Mientras, él ataca a un periodista crítico y le acusa de haber cometido hace casi 20 años un asesinato.
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El idilio entre Trump y Twitter no se ha roto por los bulos. La separación se basa en la imagen y el poder. Twitter estrena con un gran boom su ¿lucha? contra las 'fake news'. Pero los tuits con barbaridades trumpianas como la relación entre las vacunas y el autismo siguen ahí. Es una batalla de tramposos. La información no les interesa tanto como el poder. Ahora, quizás las redes sean más responsables y los políticos entiendan que mentir puede no quedar impune.
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