A todas las bandas

La plataforma Gure Esku Dago organiza hoy por primera vez una consulta sobre el derecho a decidir en una capital vasca, San Sebastián. Esa votación coincidirá con las convocadas en Balmaseda, Zalla, Alonsotegi e Irún tras las celebradas en los últimos meses en diversos municipios ... con una participación exigua, muy inferior al apoyo que obtienen tradicionalmente en las urnas los partidos que defienden esa reivindicación. La iniciativa tiene más de movilización simbólica en apoyo de la autodeterminación que de radiografía sobre el verdadero sentir de la ciudadanía de Euskadi, que está muy lejos de retratar de forma rigurosa. Aunque sean legítimas, ni acciones de este tipo pueden suplantar el funcionamiento ordinario de la democracia representativa ni cabe equiparar sus resultados con los de las elecciones o referendos desarrollados bajo el amparo de la ley y con todas las garantías exigibles en un sistema de libertades. La gran novedad en la consulta de San Sebastián es la profunda implicación del PNV, con Joseba Egibar a la cabeza, para propiciar una alta participación a favor del derecho a decidir, incompatible con el marco legal y principal punto de fricción en la bloqueada reforma del Estatuto de Gernika. El nacionalismo institucional cae una vez tras otra en la tentación de jugar a dos barajas simultáneamente: la pragmática y la soberanista. Ha demostrado destreza en combinar la demanda de mayores cotas de autogobierno desde la moderación y el respeto a la ley con subidas al monte del soberanismo para competir en ese terreno con la izquierda abertzale. Pero tales contradicciones no son sostenibles en el tiempo sin una seria merma de la credibilidad o sin dejar heridas internas –ya visibles–, máxime cuando la reforma estatutaria en ciernes le obligará a decantarse por uno u otro camino. El entusiasta apoyo del PNV a la consulta de Gure Esku Dago choca con los llamamientos del lehendakari a respetar la pluralidad de identidades y sentimientos de pertenencia que conviven en Euskadi. Las advertencias de Iñigo Urkullu sobre los riesgos de «fractura social» si el nacionalismo vasco incurre en los mismos errores que el catalán hacen más chirriante la «envidia» que los líderes del PNV de Gipuzkoa aseguran sentir del 'procés', pese a su fiasco y sus devastadoras consecuencias. Votaciones como las de hoy no pueden obviar la abrumadora satisfacción de la ciudadanía con el actual nivel de autogobierno ni un apoyo a la independencia anclado en cifras muy minoritarias desde hace décadas, como refleja el último Sociómetro del Gobierno vasco.