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Auschwitz

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La exposición sobre el exterminio judío revela que no debemos resignarnos ante la tentación del olvido, sino convencer a los ciudadanos de recordar con rigor, de la mano de la historia

Lunes, 16 de abril 2018, 01:18

He visitado recientemente la exposición sobre el campo de exterminio de Auschwitz que estará abierta en Madrid hasta junio de este año. Pese a tratarse de un día de labor, las salas de Arte Canal estaban llenas a rebosar. En respetuoso silencio, decenas de personas ... escuchaban los testimonios de los supervivientes de una de las mayores aberraciones que ha sido capaz de perpetrar el ser humano. Hay un aspecto en el que el Holocausto es incomparable con cualquier otro fenómeno histórico: la maquinaria industrial puesta al servicio del exterminio de un grupo completo de población, los judíos, independientemente de su edad, sexo, clase social, profesión o ideología. El destino reservado por los jerarcas nazis para todos ellos, sin excepción, fueron las cámaras de gas y los pelotones de fusilamiento. El objetivo era que no quedara ni el rastro de su existencia sobre la faz de la tierra. Ahora bien, en ciertos aspectos el Holocausto sí puede y debe hacernos pensar sobre otros desastres provocados por el hombre: la cosificación del otro, los crímenes a los que lleva el fanatismo o, por el contrario, el papel de los justos que salvaron vidas hasta en las peores circunstancias.

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