Un TAV atascado
Editorial ·
Resulta inadmisible que la acumulación de nuevos retrasos en las obras amenace la llegada de la alta velocidad a Euskadi en 2024, como estaba previstoel correo
Lunes, 27 de enero 2020, 00:41
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Editorial ·
Resulta inadmisible que la acumulación de nuevos retrasos en las obras amenace la llegada de la alta velocidad a Euskadi en 2024, como estaba previstoel correo
Lunes, 27 de enero 2020, 00:41
La mala imagen que persigue a la clase política no sería tan preocupante si no dañara también el prestigio y la credibilidad de las instituciones. El sistemático incumplimiento de compromisos adquiridos en firme, ya estuvieran asentados en su momento en bases sólidas que se han ... desvanecido por causas imprevistas o en meros intereses partidistas coyunturales, solo genera frustración y disuelve a largo plazo la confianza en los poderes públicos. En la última década han sido anunciadas múltiples fechas para la llegada a Euskadi del tren de alta velocidad. La continuada rectificación de todas ellas conforme los retrasos acumulados las hacían inalcanzables se ha traducido en que, trece años y medio después del comienzo de las obras, una infraestructura tan estratégica continúa lejos de ser una realidad. Resulta inadmisible que a estas alturas Euskadi siga excluida de un AVE que ya conecta buena parte de las principales capitales españolas y funciona desde nada menos que 1992. La marcha al ralentí de trabajos esenciales para completar el trazado -en especial, aunque no solo, el acceso soterrado a Bilbao y Vitoria- tanto por su complejidad técnica como por la parálisis durante meses del Gobierno central hacen presagiar que la 'Y' ferroviaria vasca ni siquiera será estrenada en 2024, el último plazo previsto.
Las medias palabras del ministro José Luis Ábalos en nada tranquilizan. Hace apenas un año desautorizó en público al delegado del Ejecutivo en Euskadi por apuntar una demora hasta esa fecha del proyecto, cuyo final estaba programada entonces para 2023. Ahora parece evidente que si de algo pecó Jesús Loza fue de excesivo optimismo. «Ha habido muchos inconvenientes», ha proclamado a modo de excusa el titular de Transportes, quien evitó concretar la pasada semana en San Sebastián cuándo estarán conectadas en alta velocidad las tres capitales vascas. El acuerdo para la investidura de Pedro Sánchez suscrito por el PSOE y el PNV habla de una apuesta «urgente, firme y decidida» por completar el TAV. Sobran palabras y faltan hechos después de tantas demoras sin justificación alguna, que han empujado a Euskadi al furgón de cola en la modernización del transporte ferroviario en España y, en consecuencia, han lastrado su competitividad. Urge agilizar al máximo las obras y los trámites burocráticos pendientes, y otorgar así por fin a la 'Y' vasca la prioridad que merece. El arsenal de excusas ya se ha agotado. También la paciencia de la ciudadanía.
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