El ascensor de la felicidad

Los Alcántara se han puesto ascensor en su edificio y la abuela Herminia está encantada, todo el rato para arriba y para abajo. «Es como subir a casa en taxi', dice encantada. La abuela Herminia también ha ido en avión a Londres. ¡A una boda ... medio judía! La de Toni y Débora. Ahí está 'Cuéntame' con una escena entre 'Holocausto' (antes de lo malo) y 'Transparent'. Los festejos al son del 'Hava Nagila', como en una serie americana. Volvió 'Cuéntame'y lo hizo a 1989, con la liberación de Emiliano Revilla. Eso antes de la nueva cabecera cantada por Ana Torroja. Venga, una secuencia de apertura antes de la cabecera. Anda, como en 'The good wife'. Me encanta que Oristrell, director del equipo de guionistas, vaya diciendo que en realidad hacen cine. Y ahora utilizan uno de los instrumentos más característicos de la ficción televisiva moderna. Claro que una hora y trece minutos de capítulo es como una película. Señor. Y empezó a las tantas. Mientras en 'Telecinco' estaba ya 'Gran Hermano Dúo' (con Jordi González; ponte bueno Jorge Javier), en La 1 teníamos 'Lo siguiente'. Y ya luego, la boda judía y el ascensor de la felicidad. Pero lo mejor fue María, la hija pequeña. El cambio de María Alcántara. Vale, lo segundo mejor después de los viajes de Herminia en el ascensor.