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La secretaria general de PSN, María Chivite, durante una rueda de prensa. Europa Press
Apuesta arriesgada

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Editorial ·

La investidura de Chivite pone en el ojo del huracán a un Gobierno navarro legítimo, pero lastrado por su dependencia de EH Bildu

el correo

Viernes, 2 de agosto 2019, 01:17

María Chivite será investida hoy presidenta de Navarra gracias a la determinante abstención de la izquierda abertzale. La dirigente socialista encabezará un Gobierno de coalición ... en minoría junto a los nacionalistas de Geroa Bai y Podemos, cuya gestión se verá condicionada por su dependencia de EH Bildu para aprobar cualquier proyecto. El bronco debate de ayer en el Parlamento foral, con un agrio cruces de descalificaciones de alto voltaje, pronostica una legislatura tempestuosa y de incierto recorrido en una comunidad dividida en dos bloques irreconciliables. Por un lado, la derecha de Navarra Suma (UPN, PP y Ciudadanos), que se impulso con holgura en las urnas, aunque con una mayoría insuficiente. Por otro, una amalgama de fuerzas de izquierdas y nacionalistas cuyo principal nexo de unión es vetar el acceso al poder a los conservadores. La influencia en el nuevo Gobierno foral de formaciones que reivindican la anexión de Navarra a Euskadi -y, particularmente, de una izquierda abertzale que sigue sin romper amarras con su pasado de connivencia con el terrorismo- ha agitado la investidura hasta convertirla en un arma arrojadiza en la guerra de trincheras que mantiene bloqueada la política nacional.

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