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No les voy a hablar de la conocida novela con ese título y llevada al cine, cuya autoría es del francés Pierre Choderlos de Laclos; prefiero hablar de la importancia que tienen en nuestro país, acostumbrado a ser cortesano, las amistades con personajes importantes. Lo ... son hasta tal punto que, de no haberlas, se inventan, como hizo el pequeño Nicolás. Pero todo español pensaba que sin amigos ‘bien relacionados’ poco puedes hacer en una sociedad regida por el ‘amiguismo’. Y si no, basta ver cómo son los amigos quienes ascienden en los partidos, los amigos que son nombrados ‘asesores’ y cobran dinero público. Judicial; ya lo hicieron algunos capos de la mafia en Italia, sin ir más lejos. Sin embargo, son peligrosas porque, en el caso de que cacen a alguno cometiendo tropelías no tendrá empacho en ‘vender’ a los ‘amiguitos del alma’ si con ello logra algún beneficio; asunto que vemos ahora que se investigan varios casos de corrupción. Ciertas amistades, ‘no estudiadas’ de antemano, pueden llegar a ennegrecer la imagen de cualquiera; por ejemplo, recuerdan el mensaje enviado por la reina Letizia apoyando a su compi-yogui, López Viejo. Luego, como es natural, están las amistades ‘familiares’, esas que no eliges, pero te pueden romper las costuras sociales; caso del cuñado real Urdangarin, libre por ahora, y cobrando 3.000 euros al mes, se ignora el concepto, salvo que se alude a su falta de trabajo y recursos. ¿Saben cuántos españoles viven por debajo del umbral de la pobreza?
En definitiva, el tipo de amistades que cultivamos nos define mucho más que el tipo de familia de dónde venimos, porque esa no la elegimos. Y si uno busca amigos por el mero hecho de resultar beneficiosos para sus intereses, o no se examina con lupa a qué tipo de negocios se dedica, podemos terminar, como mínimo, siendo sospechosos en alguna medida. Los ‘amigos’ conocen muchos de nuestros secretos; y los secretos tienen precio, especialmente en determinados momentos; hasta convertirnos en carnaza de su propia pesca. Cierto que, en pocos casos, los amigos del colegio, por ejemplo, pueden salirte ‘rana’, pero siempre te había quedado la opción de mantenerlos en el baúl de la memoria, y no en tu presente. Y si coincides con alguien en el gimnasio, vigila por qué se acerca tanto a ti.
Resumiendo: si los amigos te definen, vigila a tus amigos; si los amigos de los poderosos, te roban, no votes a los mismos poderosos; algo imposible en los supuestos de quienes no son elegidos y están donde están por mero hecho de nacimiento o casamiento. Claro que este país siempre ha sido ‘diferente’ y la marca del mismo, por desgracia, no parece nada ejemplar, ni para nosotros, ni para nuestros hijos. ¡Viva la España cortesana!
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