Los prototipos de Renault, diseño y tecnología para el futuro

Sucesor de los prototipos Eva y Vesta, Renault diseñó el Vesta II como respuesta al reto propuesto por el Ministerio de Industria francés para conseguir un vehículo con un consumo de 3 l/100 km. Renault apostó por la ligereza y la eficiencia aerodinámica. Gracias a la utilización de materiales como la fibra de vidrio se consiguió rebajar el peso final hasta poco más de 470 kilos.

El diseño de la carrocería, en forma de gota de agua, conseguía un coeficiente aerodinámico Cx de solo 0,186. Equipaba un motor de tres cilindros y 716 cc, con una potencia de 27 CV, un ejemplo de la actual tendencia de reducir la cilindrada y el número de cilindros de los motores de combustión. El Vesta II consiguió realizar un recorrido de París a Burdeos a una velocidad media de 100 km/h, con un consumo de solo 1,94 l/100 km.

Presentado en el Salón de Fráncfort, el Scenic Concept adelantaba lo que cinco años más tarde representaba el precursor del segmento de los monovolúmenes compactos. Con un diseño muy futurista, presentaba un sistema de puertas de apertura deslizante sin pilar central y una gran superficie acristalada.

Además, el Scenic Concept anticipaba un buen número de soluciones técnicas y de diseño que hoy en día se utilizan en vehículos de serie, como un detector de fatiga, sensores de presión de los neumáticos, sistema de bloqueo automático de puertas o cámaras de vídeo en vez de espejos retrovisores.

Es el primer prototipo de la marca modelado digitalmente en un entorno real. Entre sus características técnicas, el Racoon presentaba un diseño inspirado en la cabina de un helicóptero, con acceso al habitáculo por la parte frontal. Disponía de una innovadora arquitectura que permitía a los ejes bascular en torno a un punto central, modificando la distancia entre ejes y la altura de la carrocería.

El motor V6 biturbo era tan potente sobre el asfalto como capaz de impulsar dos turbinas para deslizarse sobre el agua. También contaba con una cámara infrarroja de visión nocturna. Para asegurar la visibilidad, el gran parabrisas panorámico contaba con un sistema de limpieza a través de ultrasonidos, sin necesidad de escobillas.

Con este modelo Renault trataba de celebrar un doble aniversario: el décimo cumpleaños del primer Espace y una exitosa década en la Fórmula 1. Los ingenieros de Renault Motorsport instalaron entre los dos asientos de la segunda fila de un Espace II el motor V10 con 800 CV de potencia del Williams-Renault FW15C.

La carrocería, en fibra de carbono, contaba con frenos cerámicos y ofrecía unas prestaciones equivalentes a las de superdeportivos de hoy en día. Aceleraba de 0 a 100 km/h. en 2,8 segundos y la velocidad máxima superaba los 310 km/h.

Renault anticipaba la actual tendencia de la electrificación. El motor de tres cilindros y 750 cc del Next estaba asistido por dos pequeños motores eléctricos en cada una de las ruedas traseras, lo que proporcionaba la posibilidad de circular en modo eléctrico durante unos 20 kilómetros, a velocidades de hasta 40 km/h.

Renault adelantó cómo podían evolucionar los monovolúmenes para convertirse en «crossover» con el prototipo Koleos. Un todocamino con un futurista diseño que avanzaba tendencias que llegarían años después, como la utilización de grandes llantas de 21 pulgadas. Como el Next, montaba una propulsión híbrida pero en este caso con un motor 2.0 Turbo de gasolina de 170 CV y un motor eléctrico de 30 kW en el eje trasero alimentado por baterías de iones de litio.

Fue el origen del actual Talisman. Además de adelantar el lenguaje de diseño que la marca utilizó en algunos de los modelos que presentaría posteriormente, como el Velsatis y el Megane II, el Talisman Concept anticipó el segmento de las berlinas con diseño cupé. Una de sus características eran unas grandes puertas de 2,45 metros de longitud articuladas en el techo, que permitían un fácil acceso a las cuatro plazas del habitáculo gracias a la ausencia de pilar central.

En el Salón de Fráncfort, llegaba el prototipo Zoe Z.E. que compartía denominación y el formato de utilitario compacto con anterior modelo presentado cuatro años antes, pero radicalmente diferente en el diseño y sistema de propulsión. Este «concept-car» adelantaba lo que tres años después se convirtió en el primer vehículo eléctrico de la marca.

Un coche con ausencia de ruidos por la propulsión eléctrica y soluciones como un sofisticado sistema de depuración del aire en el habitáculo, con sensores de humedad y toxicidad y un difusor de aromas.

El DeZir Concept estrenó el nuevo lenguaje de diseño de Renault, que se plasmaría después en un modelo de producción con la cuarta generación del Clio. Llamaba la atención por su característico frontal y el agresivo diseño cupé con un sistema de apertura de puertas batiente y asimétrico.

Un prototipo con un chasis tubular de acero y una carrocería de «kevlar», con un peso final de 830 kilos. Equipaba un motor eléctrico de 160 CV que contribuía a la hora de conseguir unas prestaciones deportivas: cero a cien en 5 segundos y una velocidad máxima de 180 km/h.

Renault avanza las ventajas de la tecnología híbrida enchufable con este modelo. Un laboratorio tecnológico con muchas soluciones en materia de aerodinámica, materiales ligeros y la tecnología híbrida enchufable, que fueron un punto de partida para futuros modelos de producción.

Con un tamaño similar al de un Clio, el Eolab pesaba 955 kilos gracias al empleo de materiales como el aluminio, magnesio y polímeros reforzados con fibra de vidrio que han reducido el peso total en 400 kilos. Mucho más aerodinámico que un vehículo convencional y dotado de suspensión neumática con altura variable, Renault mostraba otros avances que ahora empiezan a mostrarse, como la utilización de cámaras de vídeo en lugar de los espejos retrovisores.

La tecnología híbrida enchufable combinaba un motor de gasolina de tres cilindros y 77 CV con un propulsor eléctrico de 60 CV alimentado por una batería de iones de litio; se anunciaba una autonomía en modo eléctrico de 60 kilómetros y un consumo de solo 1 l/100 km.

Renault vuelve a mostrar un prototipo eléctrico pero en este caso de muy elevadas prestaciones. El Trezor equipa la tecnología del monoplaza del equipo Renault e-Dams (ganador de la Fórmula E en varias temporadas) con un motor eléctrico de 350 CV para un peso total de 1.600 kilos y una aerodinámica carrocería con un Cx de solo 0,22 y un chasis monocasco de fibra de carbono.

Un superdeportivo eléctrico, en concreto un cupé de dos plazas y 4,7 metros de longitud, conectado y autónomo, en el que la tecnología y la artesanía se dan la mano. La marca ya apostaba por la digitalización en el habitáculo, al que se accede sin necesidad de puertas gracias a un sistema de techo basculante.

El Symbioz es un adelanto a la movilidad del futuro, en el que los coches serán eléctricos, conectados, autónomos y se integrarán con los hogares. Con una carrocería de fibra de carbono y un techo flotante, va propulsado por dos motores eléctricos capaces de proporcionar una potencia máxima de 680 CV y una gran autonomía de 500 km., con carga rápida y por inducción.

Capacitado para la conducción autónoma de nivel 4, es un prototipo funcional, con una red eléctrica que funciona mediante inteligencia artificial y permite no solo el intercambio de energía entre las baterías del coche y las necesidades domésticas, sino también una conexión permanente de los sistemas domóticos, a través de las pantallas OLED del sistema de infoentretenimiento.

Con la familia de prototipos EZ, Renault aporta soluciones de movilidad bajo demanda para todos. Son vehículos que funcionan como un servicio con reserva, que puede ser prestado por empresas privadas o públicas. Se han desarrollado bajo una plataforma con propulsión eléctrica, con chasis 4Control con cuatro ruedas directrices y tecnologías de conducción autónoma.

Para la marca del rombo, la solución del futuro al reparto urbano de último kilómetro es el EZ-Pro Concept. Este prototipo modular consta de una unidad central autónoma, con un servicio de atención humana que supervisa la entrega de la mercancía y la prestación de servicios, y de unidades inteligentes también autónomas, personalizables para adaptarse a distintos usos y formatos. Así, cada unidad cuenta con su temática, clientela y lugar de entrega.

El EZ-Ultimo propone una solución de movilidad prémium compartida. El lujoso interior, de estilo neoretro, ofrece un espacio cómodo con una serie de servicios que comienzan desde el mismo momento en el que se realiza la reserva, gracias a una interfaz exclusiva y personalizada. Mide 5,70 metros de longitud, tiene una enorme distancia entre ejes de 3,88 m y equipa un sistema de propulsión eléctrico con recarga por inducción.

Es el último prototipo de Renault y prefigura cómo serán los futuros modelos eléctricos de altas prestaciones del fabricante. Preparado con una conducción autónoma de nivel 3, la carrocería es de tipo «crossover» y combina dos coches en uno; es capaz de transformarse en versiones de carrocería corta, con 4,40 metros de longitud y 2,73 metros de distancia entre ejes, o variante larga, que aumenta la longitud en 40 centímetros y 20 cm más de batalla.

Monta una batería de 40 kWh y una segunda adicional que permite una autonomía de hasta 700 km. Renault también plantea con el Morphoz una tecnología que ya está ensayando de cara al futuro: la recarga por inducción incluso en marcha circulando en tramos de calzada especialmente equipados.