Hyundai Santa Fe 2.2 CRDi 2018: fuera prejuicios

El Hyundai Santa Fe con el motor 2.2 CRDi ofrece un excelente nivel de prestaciones gracias a sus 200 CV y al trabajo de una caja de cambios automática de buen funcionamiento y con unos desarrollos bien elegidos para un vehículo de estas características, con un buen compromiso entre las prestaciones y el ahorro de combustible.

Hasta ahora tenemos un SUV de gran tamaño que se puede medir sin complejos por prestaciones con sus rivales europeos, pero ¿qué pasa con el resto del coche?

Los acabados y los materiales del Hyundai Santa Fe son también muy buenos. Los ajustes de las distintas partes de la carrocería están bien resueltos, así como la calidad de la pintura y dentro sucede lo mismo, con unos asientos de buen cuero y un salpicadero y paneles de puerta con buenos materiales y ajustes que hacen que no haya ruidos parásitos.

A la hora de conducirlo, también convence por su confort y lo fácil que es la vida a bordo gracias a unos mandos bien ubicados, a la caja de cambios automática y a los asistentes a la conducción. El único pero está en sus consumos, algo elevados, aunque no tanto si tenemos en consideración el tamaño, el peso y las prestaciones de este modelo. En concreto, durante la prueba los consumos medidos han sido:

• Urbano: 8,5 l/100 km

• Carretera: 6,2 l/100 km

• Autopista: 7,6 l/100 km

Con estas premisas, vamos a ver algunos detalles en cada uno de los apartados.

El diseño del Santa Fe puede que sea lo más controvertido del modelo. Su frontal no gusta a todos los públicos, aunque se ha diseñado para un mercado global y lo cierto es que muchos otros fabricantes han apostado por esta línea de identidad, con los faros colocados en esta posición y con tanto protagonismo.

Al margen de la peculiar «cara» del Santa Fe, el resto del coche es bastante tradicional, con unas proporciones típicas de los SUV de 7 plazas en el entorno de los 4,7 metros y en el que es de agradecer el enorme tamaño de las puertas traseras, que facilitan bastante el acceso a la tercera fila de asientos, que nunca es lo bastante cómodo.

El interior es menos arriesgado en diseño, con unas formas más tradicionales y con unos excelentes materiales y ajustes en el salpicadero, paneles de puerta o tapicerías, claramente mejores de lo que encontramos en modelos de rivales de Volkswagen, Seat, Skoda o incluso Audi, contra los que puede competir sin complejos.

Las plazas delanteras son muy cómodas por el buen diseño de los asientos y el espacio disponible. El conductor encuentra fácilmente la postura ideal gracias a la multitud de reglajes del asiento y de la columna de dirección, además de que los mandos principales están bien ubicados y son fáciles de localizar y manejar.

La instrumentación es completa y fácil de leer y disponemos de suficientes huecos para dejar las llaves, gafas, portalatas, etc.

Los pasajeros de la segunda fila viajarán también muy cómodos. Sus banquetas se pueden desplazar longitudinalmente y los respaldos regular en inclinación, además de que cuentan con mucho espacio. Incluso con tres adultos en ellas, el Hyundai Santa Fe ofrece buenos niveles de confort para sus pasajeros.

La tercera fila, como en todos los modelos de este tipo, es más bien para emergencias o para niños. El espacio para las piernas es un problema por la poca altura entre el suelo y a banqueta y, además, para sentarse ahí detrás hay que estar ágil y mejor ser menudo.

Lo bueno es que incluso los pasajeros de la tercera fila cuentan con sus mandos para regular la climatización, algo que no es frecuente salvo en modelos de más lujo y empaque.

En este nivel de acabado los asientos cuentan con tapicería de piel de buena calidad, algo calurosos en verano, pero los delanteros están calefactados y ventilados, un lujo.

En cuanto al maletero, éste tiene unas buenas dimensiones y, sobre todo, es muy cúbico, de modo que se aprovechan todos los centímetros disponibles.

Es muy modulable al poder abatir cada asiento de forma individual, de forma que podemos adaptar el espacio de carga a nuestras necesidades.

La unidad probada cuenta con el nivel de equipamiento más alto, algo que se nota en la factura final, que supera los 56.000 euros. A cambio de esta suma contamos con un modelo que cuenta con refinamientos como el Head Up Display que proyecta la información sobre el parabrisas, los asientos calefactados, el climatizador multizona, los asientos climatizados de piel con reglaje eléctrico o los faros ful led con asistente de luz de carretera. Por cierto, pese a tener la última tecnología, los faros led de este Hyundai no proporcionan una buena iluminación, con una huella de luz repleta de sombras y puntos ciegos.

En materia de seguridad no va mal dotado, aunque es justo reconocer que la mayoría de los asistentes avanzados a la conducción que monta (conocidos como ADAS por sus siglas en inglés) poco a poco son ya casi un estándar en la categoría. En este sentido contamos con elementos como el control de crucero adaptativo, el sistema de reconocimiento de señales de tráfico, el detector de fatiga del conductor, la alerta de colisión con frenado de emergencia, el asistente de mantenimiento en el carril, etc.

El otro apartado de equipamiento que más peso tiene en la decisión de compra en la actualidad es el de la conectividad. Este Santa Fe cuenta con un equipo multimedia con Android Auto y Apple Car Play, además de un control mediante comandos de voz. Sin embargo, este último es algo arcaico y no tiene nada que ver con los que encontramos ya en algunos rivales que cuentan con asistentes tipo Alexa de inteligencia artificial.

También echaremos de menos aplicaciones que nos permitan conocer, por ejemplo, la ubicación del coche o abrir y cerrar las puertas, elementos que cada vez demanda más el público y que ya están disponibles en algunos de sus rivales.

Sin lugar a dudas, el Santa Fe es un excelente coche familiar. Ofrece espacio, confort y además permite viajar a toda la familia con unos elevados niveles de seguridad.

El motor diésel de 200 CV mueve con alegría el conjunto y proporciona unas buenas prestaciones que garantizan unos adelantamientos seguros y que podamos coronar los puertos con 7 pasajeros sin forzar demasiado la mecánica, aunque los consumos son algo elevados, como vimos al principio.

En ciudad las limitaciones y dificultades vienen marcadas por su tamaño. No es fácil encontrar hueco para un coche de estas dimensiones en la actualidad, aunque él pone todo de su mano para facilitarnos el trabajo con cámaras y sensores.

En carretera es muy agradable por su buena insonorización y porque las suspensiones están pensadas para ser confortables, pero sin perder de vista la seguridad. La dirección tiene un buen tacto e incluso llega a ser ágil y divertido si practicamos una conducción algo sport, lógicamente, dentro de unos márgenes razonables.

En autopista también se desenvuelve muy bien y sus balanceos en curva rápida están bien contenidos gracias al buen trabajo de las barras estabilizadoras. Realmente es un coche que transmite sensación de seguridad en todo momento.

Fuera del asfalto las limitaciones las tendremos en sus cotas (no es muy alto y es fácil dejar un faldón en una roca) y en sus neumáticos, 100% pensados para rendir sobre el asfalto, algo lógico si tenemos en cuenta que estos coches rara vez salen de lo negro.

El sistema de tracción totales eficaz y reacciona muy rápido para variar el reparto de par a cada eje en función de las necesidades y la adherencia. Contamos con un sistema de control de la velocidad de descenso que facilitará el trabajo en las pendientes más fuertes, pero carece de reductora para subirlas luego.