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Christian García (Autocasión)
Sábado, 12 de diciembre 2020, 01:12
La primera generación del Nissan Juke llegó al mercado hace una década y le sobró tiempo para revolucionar el segmento de los utilitarios crossoverizados gracias a una estética que no dejaba indiferente a nadie. Sin duda, logró mantenerse con éxito durante nada menos ... que 10 años (tiempo que prácticamente abarcan hoy en día dos generaciones), pero ya era hora de dar paso a una nueva era en la historia del modelo y evolucionarlo tanto en los campos de la mecánica y la dinámica como también en los de la tecnología y la conectividad. Precisamente, tal y como te contamos en la prueba del Nissan Juke publicada en Autocasión, se nota una importante mejora en todos y cada uno de esos aspectos. Sin embargo, ¿es suficiente como para clasificarlo como una de las mejores alternativas de los B-SUV? ¿Es mejor que su pariente el Renault Captur con el que comparte plataforma? Profundicemos en ello...
Empezando por el diseño del nuevo Juke, nadie puede debatir que, aunque es cierto que adopta unas líneas mucho más modernas que lo acercan más a un SUV coupé que a un simple crossover urbano, mantiene presente la identidad o la idiosincrasia que tanto gustó en el anterior modelo. Por supuesto, nos referimos a las ópticas delanteras divididas con especial protagonismo para los faros principales que ahora incorporan una nueva firma lumínica y tecnología led y a las formas redondeadas que vemos en todo el conjunto.
Eso sí, la zaga cambia de manera notable desde el pilar B decantándose por un estilo más deportivo que queda patente en la pronunciada caída del techo, en las ensanchadas aletas traseras, en un paragolpes que evoca el difusor de un coche de competición en su zona central y en el saliente del portón del maletero que nos recuerda a los bonitos alerones de tipo cola de pato. Las llantas negras de 19 pulgadas en diseño Akari y otros detalles oscurecidos de la carrocería, así como la tapicería interior en Alcantara, son parte del equipamiento con el que cuenta el acabado N-Design al que corresponde nuestra unidad de pruebas.
En el habitáculo encontramos un mayor espacio, dado que la distancia entre ejes crece en más de 10 cm, y unos materiales que han mejorado en lo que a aspecto y tacto se refiere. En general, la calidad percibida es buena, mucho mejor que antes, y debido a ese incremento en la batalla los ocupantes traseros viajan ahora de un modo más confortable. Como es habitual en coches de este segmento, la plaza central trasera es mejor reservarla para niños o para alguna emergencia, pero en las dos laterales sí se nota un cierto progreso en cuanto a habitabilidad y comodidad. No obstante, la caída del techo condicionará los trayectos de los más altos.
El puesto de conducción es muy ergonómico y los reglajes tanto de la columna de dirección como del asiento facilitan la posición ideal para cada usuario. Los asientos de este N-Design son dignos de una versión Nismo. Además de preciosos, brindan un confort bastante elevado en los recorridos diarios y también en los eventuales viajes largos que podamos hacer. Equipan el sistema opcional de audio integrado firmado por Bose que te envuelven en un espectacular sonido 360 y que hacen posible no molestar demasiado a los demás pasajeros si van dormidos o no quieren disfrutar de la música sin que tú tengas que renunciar a ella.
En la consola central destaca la pantalla táctil de ocho pulgadas con navegación, conectividad por medio de Android Auto y Apple Car Play, etc. Asimismo, disponemos del asistente virtual de Google y tenemos la opción hasta de instalar un paquete con Wi-Fi que abastezca de Internet rápido a los ocupantes. Frente a todo este arsenal tecnológico y moderno, llama la atención que en un coche recién salido del horno no hayan caído en la moda de equipar instrumentación digital con una gran pantalla. En cualquier caso, los relojes analógicos que tenemos tras el volante son grandes y fácilmente legibles, por lo que no hay crítica posible si nos ceñimos a lo funcional.
El motor que mueve a este Juke es un 1.0 turbo tricilíndrico de gasolina que declara 117 CV de potencia y hasta 200 Nm de par máximo con la función boost. Por el momento, es el único motor que hay disponible en la gama, aunque se puede combinar con un cambio manual de seis marchas o con un automático de doble embrague y siete relaciones. La fuerza va a parar en todo caso al eje delantero y la verdad es que la respuesta es suficientemente buena en todos los contextos. Eso sí, a pesar de ser una mecánica turbo, no empieza a mostrarse más enérgico hasta que no sobrepasamos las 3.000 rpm. La transmisión está configurada para aprovechar la máxima eficiencia posible y, si queremos una respuesta más directa, podemos recurrir al modo Sport y a las levas.
Con respecto a los consumos, el ciclo WLTP anuncia una media oficial en uso combinado de 5,2 l/100 km. En la práctica hemos rondado los 7 litros, que, si bien no deja de ser una cifra aceptable, se antoja un pelín elevada para un motor desarrollado en favor de la eficiencia. Esto quizá se explica por dos cosas: la primera es que durante nuestra prueba no hemos practicado la conducción más eficiente posible y la segunda es que, como decimos, para obtener lo mejor del pequeño 1.0 DIG-T hay que subirlo por encima de las 3.000 vueltas, por lo que a veces le obligaremos a tragar más de lo necesario. Lo cierto es que establecer una media de en torno a 6 o 6,5 litros no será difícil. En ese supuesto, podríamos acercarnos a los 600 km de autonomía con cada depósito lleno.
Lo que sí es raro es que Nissan no se haya planteado aún (o, al menos, no haya oficializado) una versión eco para el nuevo Juke. La plataforma acepta sin problemas la incorporación de un sistema híbrido o híbrido enchufable (el Captur tiene variante PHEV), por lo tanto, es lógico pensar que dentro de poco añadan a la gama un Juke con etiqueta medioambiental Eco o Cero Emisiones... sería lo justo.
Motor: 1.0 DIG-T de 117 CV
Dimensiones: 4.210 / 1.800 / 1.595 mm
Consumo: 5,2 l/100 km
Maletero: 422 litros
Precio: desde 21.300 €
Hasta aquí, todo en el nuevo Juke nos parece muy correcto y acorde al uso que se le va a dar a un coche así. Es en el apartado de comportamiento cuando la firmeza de su suspensión hace que nos planteemos si realmente es un coche cómodo para recorrer la ciudad día a día. Personalmente, me ha parecido que es demasiado duro en situaciones urbanas que nos serán bastante habituales, como son pasar badenes o pasos sobreelevados y circular por calles rotas o por pavimentos empedrados. En este sentido, el Captur enchufable que también he probado, aunque dista de poder catalogarse como un coche blando, sí corrige un poco más este hándicap con un tarado algo más suave. Si logramos acostumbrarnos pronto, no hay problema, pero yo en una semana no he conseguido hacerlo. En autovía, por el contrario, sí ofrece un buen grado de confort, como también se muestra preciso y ágil en carreteras más reviradas.
En conclusión, estamos ante uno de los modelos más pintones y tecnológicos del actual segmento B-SUV al que, con tan solo suavizar un poquito los amortiguadores y añadir una versión híbrida, los japoneses podrían catapultar hacia la cima donde se encuentran hoy en día los SEAT Arona y Peugeot 2008.
Diseño
8
Motor
7
Comportamiento
7
Interior
8
Equipamiento
8
Consumo
7
Destacable
Imagen llamativaCarga tecnológicaHabitabilidad
Mejorable
Solo un motor disponibleDureza de suspensiónConsumo algo elevado
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