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U. Mezcua | Delegaciones ABC
Lunes, 8 de marzo 2021, 19:26
«Cerca» de Martorell. Cuando la ministra Reyes Maroto adelantó el pasado jueves el acuerdo para la constitución de un consorcio público-privado con Volkswagen e Iberdrola para construir un a fábrica de baterías en España, la primera pregunta que se planteó fue obvia: ¿dónde?. ... Al hablar la ministra Maroto de «cerca» se dio por descontado que sería «cerca» de Martorell, algo que ella mismo matizó luego al explicar que «cerca» significaba en España, sin especificar la ubicación.
El Gobierno quiere que toda la cadena de valor de las baterías eléctricas, desde la extracción del mineral hasta su montaje y posterior instalación en vehículos eléctricos, se realice en España. La pieza clave, aunque no la única, es la fábrica de baterías, una instalación considerada clave para el futuro de la industria del automóvil en España. La instalación supondrá una inversión de unos 5.000 millones de euros, según detalló la propia Maroto en una entrevista en La Vanguardia, la misma en la que matizó que la ubicación definitiva aún no está decidida.
El primer obstáculo, sin embargo, lo puso el viernes su compañero de filas Luis Salaya, alcalde socialista de Cáceres. «Esa fábrica de baterías no se va a nutrir con litio de la Sierra de la Mosca porque no vamos a permitir que haya una explotación minera que condicione y sacrifique el futuro de una ciudad extremeña, nuevamente, por el desarrollo industrial de otras zonas del país», aseguró. Las entrañas extremeñas atesoran al menos dos yacimientos de este metal, considerado el nuevo «oro blanco», cuya extracción es indispensable si Europa quiere acabar con la dependencia que sufre actualmente de Chile -donde están la mayoría de yacimientos- y de Asia -donde se ensamblan-.
Son numerosas las comunidades autónomas que aspiran a tener una «gigafactoria», que tiene el potencial de crear cientos de empleos y asegurar otros tantos en las plantas automovilísticas cercanas a su ubicación. En primer lugar, la propia Cataluña, donde los terrenos que dejará libres Nissan a final de año en el polígono de la Zona Franca de Barcelona son obvios candidatos. El equilibrio entre las preferencias de la propia Volkswagen (su intención es fabricar coches eléctricos en Martorell, pero probablemente también en su planta de Navarra), y las del Gobierno, con un componente político y de equilibrio territorial, van a ser determinantes, informa Álex Gubern.
El Gobierno de Aragón también ha desplegado su particular campaña de presión para pujar por la fábrica de baterías anunciada por la ministra Reyes Maroto. «Aragón tiene méritos, trayectoria y títulos suficientes para acoger esa fábrica», asegura el presidente regional, el socialista Javier Lambán. Dice que la propia ministra se lo ha reconocido en los últimos días, en una conversación telefónica que mantuvieron el viernes: «Me ha dicho que no hay una decisión tomada y que Aragón mantiene todas las opciones», asegura Lambán.
Entre las ventajas competitivas que quiere hacer valer figura la potente industria de automoción que tiene Aragón, liderada por la fábrica de Opel en Figueruelas; que, hace un año, esta factoría fue la primera de España en producir un vehículo eléctrico; que Zaragoza es el centro geográfico del área en la que se concentra el 80% de la fabricación de vehículos en España; y que la capital aragonesa alberga la mayor plataforma logística del sur de Europa. «Difícilmente ninguna otra candidatura puede ser más potente y tener más méritos que Aragón», sostiene Lambán, informa Roberto Pérez.
En Galicia, su presidente, Alberto Núñez Feijóo, reaccionó en cuestión de horas al anuncio del Gobierno, que tildó de «sorprendente» al producirse antes de resolverse el proceso de selección de iniciativas. Escoció de forma especial porque, recordó, la Xunta está «trabajando en una candidatura del sector de la automoción» (bautizada como Auto Áncora), con una inversión de más de 1.000 millones de euros, a través de la planta de PSA Peugeot Citröen en Vigo y de la industria auxiliar. Hay involucrados 25 mil puestos de trabajo y se suma un «centro tecnológico de primer nivel» (CETAG), con más de 700 ingenieros.
«Tenemos un sector automovilístico de una enorme pegada, desde el punto de vista de la competitividad y el empleo», reivindicó Feijóo. «Galicia solamente quiere competir en igualdad de condiciones que el resto de comunidades autónomas», subrayó, para añadir su deseo de que lo ocurrido «sea una excepción y no una regla».
Este lunes redobló el mensaje el número tres de la Xunta y responsable de Economía e Industria, Francisco Conde, quien habló de decisión «inédita» del Ejecutivo central, del que indicó que «rompió este compromiso» de «igualdad de oportunidades» que fija Bruselas para los fondos europeos. «Lamentamos que (…) esté cambiando las reglas del juego (…). Lo que le pedimos al Gobierno es que rectifique y vuelva a la senda del diálogo», clamó.
Galicia ve cómo Cataluña le adelanta por la derecha de la mano del Gobierno, cuando considera que dispone de argumentos de peso para optar a los fondos en materia de automoción. «PSA está desarrollando el coche autónomo y el coche eléctrico; ya está fabricando en las dos líneas de producción coches eléctricos», recordó. «Nos parece que Galicia tiene una candidatura muy solvente». La Xunta solo pide conocer los criterios y jugar sin las cartas marcadas, con las mismas reglas para todos, informa Pablo Pazos.
Mientras, la vicepresidenta del Gobierno valenciano, Mónica Oltra, también ha exigido un «trato igualitario». En una entrevista en À punt, Oltra ha recordado al Ejecutivo de Pedro Sánchez que «debe repartir su cariño entre todas las CCAA» o, «al menos debe aparentar quiere a todos por igual si no quiere ser una mala madre», advirtió. La Generalitat trabaja desde hace varios meses en su propia instalación, incentivando la denominada Alianza Valenciana de la Batería, que la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, respaldó la semana pasada.
Por el momento, y por lo que respecta a la administraciones, lo que queda claro es que en esta decisión quien tiene la llave de los fondos europeos con que en parte se va a financiar la operación es el Ejecutivo de Pedro Sánchez. Ahí, la Generalitat ni está ni se le espera. Como informó ABC el pasado jueves, el Govern se enteró del anuncio de Reyes Maroto por la prensa. Completando la percepción de ser ahora mismo una administración irrelevante, la Generalitat tampoco acudió el viernes a la visita del Rey a Seat, en la que el primer ejecutivo de VW, Herbert Diess, confirmó la intención de adjudicar a Martorell un coche eléctrico de pequeñas dimensiones a partir de 2025. El enfado de la clase empresarial catalana es mayúsculo. Ayer mismo, el presidente de Fomento del Trabajo, Josep Sánchez Llibre, cargó duramente contra la administración autonómica por una ausencia que tachó de «injustificable».
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