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B. Vergara
Miércoles, 23 de octubre 2024, 12:54
La Dirección General de Tráfico ha lanzado una advertencia a los dueños de mascotas. La DGT advierte de que los conductores pueden ser multados a pesar de que un perro vaya atado en el interior del vehículo. La sanción sería interpuesta en el caso de que la correa del animal le permita interferir en el espacio del conductor que, como dice la norma, tiene que tener su propia libertad de movimientos y un campo visual despejado.
La DGT impone multas que oscilan entre los 80 euros si el animal va suelo en el coche y de entre 200 y 500 euros si está situado en el habitáculo del conductor. Unas imprudencias que no acarrean pérdida de puntos del carnet.
El ártículo 18.1 del reglamento de circulación advierte de ciertas obligaciones del conductor. «El conductor de un vehículo está obligado a mantener su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción, que garanticen su propia seguridad, la del resto de los ocupantes del vehículo y la de los demás usuarios de la vía. A estos efectos, deberá cuidar especialmente de mantener la posición adecuada y que la mantengan el resto de los pasajeros, y la adecuada colocación de los objetos o animales transportados para que no haya interferencia entre el conductor y cualquiera de ellos».
Un perro de 20 kilos multiplica su peso por 35 circulando a 50 kilómetros por hora y pasaría a pesar 700 kilos en caso de colisión o accidente. Por eso, la DGT insiste en que hay que utilizar siempre un sistema de sujeción adecuado.
Animal suelto: El peor escenario posible es el animal tumbado sobre la bandeja trasera, detrás del conductor. El animal saldrá lanzado contra el reposacabezas del conductor si hubiera un accidente. Los dos sufrirían lesiones muy graves, incluso mortales.
Arnés de un solo enganche: El arnés se engancha al cinturón de seguridad del vehículo. En caso de colisión, la hebilla del arnés se rompe. El perro choca contra el respaldo del asiento, provocando graves lesiones al conductor en la columna. El animal sufriría lesiones graves o mortales.
Arnés con dos enganches: El arnés evita el desplazamiento hacia delante, por lo tanto, no se transmite ninguna carga al conductor. Para evitar que la mascota choque contra los asientos -con consecuencias que serían muy graves-, deberán tener un sistema de unión corto.
Transportín sujeto con el cinturón de seguridad: El transportín destroza los puntos de sujeción del cinturón. Además, se rompe su parte superior. El animal sufre lesiones muy graves y los ocupantes del vehículo soportan cargas importantes.
Transportín colocado en el suelo del vehículo: Los transportines pequeños encajan bien en el suelo. Como tienen poco espacio la energía del impacto es absorbida pronto y apenas se deforma el habitáculo del animal que solo sufre lesiones leves.
Transportín en el maletero: Cuando el animal es más grande y el transportín también, se puede colocar en el maletero en posición transversal a la dirección de la marcha. No se puede excluir la posibilidad de que los ocupantes de las plazas traseras sufran lesiones.
Rejilla divisoria: Una rejilla colocada entre los pilares de la estructura del coche, separando la cabina del maletero, permite a la mascota moverse libremente sin molestar al conductor, pero en caso de colisión y según la posición del animal en ese momento, puede sufrir lesiones muy graves. Lo mejor es combinar el transportín con la rejilla divisoria.
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