![DGT: Así son las rotondas francesas que también funcionan en España](https://s3.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202204/29/media/cortadas/dgt-rotonda-francesa-kKQB-U1601814688388AQE-1248x770@El%20Correo.jpg)
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B.V.
Sábado, 30 de abril 2022, 00:31
Las rotondas holandesas han supuesto, en ocasiones, un quebradero de cabeza para los conductores. Como ocurre en Bilbao, donde los ciclistas se mostraban en contra a este tipo de infraestructuras. Otro tipo de glorieta a la que da miedo adentrarse son las denominadas rotondas francesas. ¿Cuáles son? Imagine el Arco de Triunfo de París. Allí no hay carriles que delimitan los carriles. Por ello, circular por ella es todo una prueba de supervivencia. Además, la prioridad de los vehículos es para los que entran, ya que los que están dentro deben ceder el paso a los de su derecha. Esto es así porque carecen de ceda el paso para incorporarse. De hecho, los conductores noveles tienen prohibido circular por estas rotondas.
Las glorietas en Francia son una constante en las carreteras. De hecho, es el país que dispone de más rotondas en todo el mundo, hay una cada 21 kilómetros. Las más antigua es la del Arco del Triunfo de París (Francia). En esta intersección confluyen 12 avenidas.
En Bilbao también exite una rotonda que se asemeja a la del Arco de Triunfo. No es ni de cerca tan grande, aunque como la de París, carece de marcas viales que delimitan los carriles. Eso sí, hay cedas para acceder a ellas. Es la glorieta de Plaza Circular.
La DGT explica que la norma principal establece que los vehículos que circulan dentro de la rotonda tienen la prioridad sobre los que entran (siempre que una señal –semáforo, marca vial– o un agente no ordenen lo contrario).
Por tanto, la entrada a una plaza circular sin respetar esa prioridad de paso de otros conductores puede ocasionar frenadas bruscas, alcances y hasta colisiones entre vehículos. Asimismo, abandonar la glorieta desde un carril interior, cruzándose por delante de otros vehículos, también puede tener graves consecuencias. De hecho, no activar los intermitentes cuando es obligatorio supone una infracción grave, castigada con una multa de 200 euros. «Los intermitentes son una forma de expresión con la que advertimos de las maniobras que vamos a realizar, evitando accidentes en la vía y haciendo la circulación más fluida», recuerda la Dirección General de Tráfico.
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