Polémica por la llegada a España de los primeros radares móviles privados

Un vídeo publicado por la cuenta Social Drive en el que se ve a un ciudadano con un radar oculto en su vehículo particular está generando un gran revuelo en las redes sociales. El documento está grabado en la provincia de Toledo, en la carretera N-Va ubicada en el polígono industrial de Cazalegas, y desde la DGT, en declaraciones al portal autopista.es, informan que se trata de una vía municipal donde carecen de competencias y que este tipo de prácticas es ilegal.

Es la primera vez que en España se observan radares camuflados en coches particulares. El conductor, que se percató de lo que estaba ocurriendo, se acercó al coche en cuestión para comprobar si eran agentes los que aguardaban en el interior del mismo, y comprobó que era un ciudadano más el que estaba manejando el cinemómetro. Entonces, le preguntó qué estaba haciendo y este respondió que «un control de velocidad». Según desvela autopista.es, en el resto del audio -apenas se escucha- el individuo en cuestión confirma que no es policía.

Al parecer, y según revelan medios locales como La Voz del Tajo, este ciudadano formaría parte de una empresa privada llamada Vialine, contratada por el Ayuntamiento de Cazalegas. El consistorio, tras confirmar a este medio que se trata de un operador «homologado», niega ahora que tenga nada que ver con el radar móvil camuflado. «Se están realizando las averiguaciones pertinentes para confirmar la identidad de la persona que aparece captada en el vídeo, pudiendo corroborar desde este mismo momento que no se trata de ninguna persona que preste servicios para el Ayuntamiento en régimen de personal laboral o funcionario», explica en un comunicado. Aunque no precisan «si se trata de una persona vinculada con alguna empresa prestataria de algún servicio o concesión municipal».

Los medios locales sostienen que Vialine sí «ofrece este servicio de radar» en Cazalegas, pero la empresa, al ser preguntada por El País, se niega a hacer declaraciones y afirma que no tinene ninguna relación con el Ayuntamiento de este municipio toledano. Sea como fuere, las sanciones carecen de legalidad.

La multa por equipar un detector de radar o portar un cinemómetro en un coche particular, aunque estén desactivados, están considerados como una infracción grave. La nueva Ley de Tráfico impone multas de 500 euros para este tipo de infracciones.

• Temas
• Multa
• España
• Infracciones de tráfico
• Radares