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Martes, 27 de septiembre 2022, 00:26
Los conductores que circulen por autovías y autopistas, muchas de ellas hasta ahora gratuitas, deberán pagar un peaje a partir de 2024. Lo confirmó el Secretario General de Infraestructuras, Sergio Vázquez, en octubre. «Vamos a implantar un sistema de tarificación». El motivo, según argumentan, es que «no tiene sentido que el mantenimiento de las carretersa se siga sufragando con los impuestos de todos los españoles que tiene necesidades más urgentes como son las políticas sociales».
Aunque por ahora no hay un decreto publicado, el Gobierno tiene intención de aplicar esta nueva norma a partir del 2024. Así consta en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia remitido por el Ejecutivo a Bruselas, por lo que la norma quedaría aplicada en todo el territorio nacional. La aplicación de la medida en Euskadi quedaría en manos de las diputaciones, las competentes para ordenar las carreteras en las tres provincias vascas.
El responsable de la Dirección General de Tráfico (DGT), Pere Navarro, explicó que hay una serie de casos en los que se podrá circular de forma gratuita. Este modelo que se va a implantar dentro de dos años se basará en «tarifas asumibles» que aún están por definir. A los conductores que se encuentren dentro de estos casos no les afectará el nuevo sistema de tarificación en la red de alta capacidad española.
Euskadi, al menos por el momento, no se plantea implantar nuevos peajes en las autopistas y autovías que discurren por su territorio. En primer lugar, porque las principales vías de alta capacidad ya lo cobran: las que conectan Bilbao con San Sebastián y Vitoria-Gasteiz (la AP-8 y la AP-68 respectivamente) y estas dos últimas localidades entre sí (AP-1), si bien los turismos tienen la posibilidad de viajar sin pagar por la vieja carretera nacional. No obstante, el debate sobre cómo cubrir los cada vez mayores gastos de mantenimiento está presente en las tres diputaciones vascas, que son las titulares de todas las infraestructuras. Aunque cada territorio tiene sus particularidades.
Los camiones sí que deberán abonar una tarifa extra. El pleno de las Juntas Generales de Bizkaia dio el sí definitivo a la norma foral que permitirá implantar en 2023 un peaje para camiones en 101 kilómetros de cinco carreteras hasta ahora gratuitas. Los arcos «free-flow» para vehículos pesados de más de 3,5 toneladas comenzarán a funcionar «antes de finales de año» en la BI-625, que discurre entre Basauri y Llodio y cruza el puerto de Orduña, y en la N-240, que atraviesa el valle de Arratia y Barazar. Durante 2023, de forma paulatina, se incorporarán la A-8, desde Basurto hasta El Haya; Kanpazar; y el corredor del Txorierri, entre Erletxes y Rontegi.
Existen tres casos en los que los usuarios pueden quedar excluidos de los peajes por usar las autopistas y autovías en España:
- Los recorridos para ir y volver del trabajo.
- Los recorridos para ir y volver del centro de estudios.
- Los recorridos que se deban a asuntos médicos.
Aquellas personas que tengan que usarlas diariamente para desplazarse hasta su puesto de trabajo o hasta su lugar de estudios no tendrán que pagar la tarifa por emplear las carreteras de alta capacidad. Además de este tipo de viajes cotidianos, tampoco deberán pagar peaje aquellos que tengan que acudir al hospital o al centro de salud.
Según el responsable de la DGT, el establecimiento de estas cuotas o tarifas para garantizar el mantenimiento de las carreteras sin sobrecargar a quienes no les dan uso. «No podemos cargar a los presupuestos del Estado la conservación y mantenimiento de autopistas y autovías y hacer que la pobre abuela que cobra una pensión, que no tiene ni coche, esté apagando la conservación y el mantenimiento de las carreteras de alta velocidad». De esta forma, aquellos conductores que viajen por motivos de trabajo, estudios o salud quedan exentos de pagar los peajes.
La red estatal de carreteras alcanza los 26.466 kilómetros de extensión, de los que 12.000 son vías de alta capacidad. En los últimos años la tendencia ha sido la de eliminar peajes conforme expiraban las concesiones de algunas de las autopistas. Por ejemplo, a finales de 2018 se acabó con el cobro en el tramo de la AP-1 entre Burgos y Armiñón.
Implantar un peaje medio de 4 céntimos supondría pagar 9 euros por el trayecto entre Madrid y Burgos, 12 euros para ir desde la capital hasta Zaragoza; 14 euros para el trayecto Madrid-Valencia; o 22 euros hasta A Coruña.
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