Seis victorias consecutivas en casa allanan el camino para hacer el sueño realidad

Los cántabros se presentaban como el mejor equipo visitante de la presente campaña en Segunda; eran unas buenas credenciales, pero tenían que medirse al mejor anfitrión de la Liga, al Mirandés que se había propuesto imponer su condición para romper una estadística que no le era para nada favorable.

Para el Racing era su sexta visita al Municipal de Anduva, y en las cinco anteriores comparecencias había conseguido obtener rédito. Había que conjurarse y el número seis se convirtió en protagonista positivo para los propósitos de los rojillos. Era la sexta visita de los cántabros, y el de la trigesimosegunda jornada liguera era el sexto partido que jugaban los de Lisci en casa en la segunda vuelta de esta Liga 2024/25.

Hasta ese momento los que se dan cita en Anduva sólo habían visto –y lógicamente disfrutado con ellos– triunfos mirandesistas, se contaban cinco y al sumar uno más son ya seis, una cifra que está al alcance de muy pocos. Seis partidos seguidos ganados en casa han servido para sumar los 18 puntos que se han puesto en juego y para que el Mirandés siga en posiciones de ascenso directo. Es el segundo, tras el Levante que ayer ganó por 3-2 al Castellón, gracias a los 58 puntazos;sí hay que emplear el superlativo, que ya atesoran los rojillos.

Anduva empuja, lo hace con el alma, y eso es algo que en partidos tan especiales como el último en el que el rival es otro clarísimo aspirante al ascenso, se nota mucho más. Aunque sean términos muy manidos hay que seguir empleándolos porque merece el estadio de Miranda ser calificado como fortín.

En los diecisiete partidos que se han jugado en casa hasta la fecha sólo ha habido cuatro rivales capaces de puntuar. Zaragoza, Cádiz y Sporting, lograron empatar y el único triunfo visitante fue el conseguido por el Granada en un partido de no muy buen recuerdo dada la manera en la que los nazaríes marcaron el gol que les sirvió para sumar los tres puntos.

Si se suman por lo tanto todos los conseguidos por la escuadra de Lisci en casa, 24 en la primera vuelta y 18 ya en lo que va de segunda, los rojillos alcanzan un total de 42. Así las cosas queda claro que el camino para seguir soñando y creer que el sueño puede convertirse en realidad se está allanando sobremanera gracias al embrujo de Anduva, al estadio y a lo que da y aporta una incondicional afición; unos seguidores que si ahora que todo va sobre ruedas no dejan de animar, han dado muestras más que sobradas de su lealtad en tiempos en los que el camino no era precisamente de rosas. Así que todos ellos, los que llevan apoyando a los rojillos desde hace años, y los más jóvenes que se han ido sumando a la causa se han ganado el derecho a soñar, como lo están haciendo también los jugadores que, eso sí, pueden hacerlo porque el estado de felicidad en el que están instalados, es producto de un enorme trabajo. Convicción, coraje, ganas, empeño, además de fútbol, mucho y buen fútbol, es el que ponen y, como el que siembra recoge, el Mirandés está ahora lo está haciendo.

Que lo están haciendo y que se está trabajando bien es algo que los números, siempre tozudos, dejan patente. El Mirandés es el segundo clasificado, a un punto del líder al que supera, como hace con el resto de equipos de Segunda en victorias. El equipo de Lisci suma ya 17 partidos ganados, uno más de los que acumulan tanto Levante como Elche y Racing. Una cifra positiva a la que puede sumarse la de goles en contra. Los rojillos son el segundo equipo menos goleado con 26 tantos en contra. En este capítulo sólo es mejor el Elche que ha encajado 25.

El Mirandés quiere hacer el sueño realidad y compartirlo con una afición entregada. Intentará dar algún pasito más ahora que tendrá que jugar dos partidos seguidos fuera de Anduva.