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Dicen que las desgracias nunca vienen solas. Lo que le está pasando al Mirandés en la vuelta a la competición no tiene paralelismos en otros rivales. En todos ha habido lesionados y sancionados, pero el número de contratiempos en forma de bajas por lesión o ... sanción federativa que ha sufrido Andoni Iraola en las seis jornadas postconfinamiento se elevan a nueve. Demasiadas como para proponerse alcanzar metas más ambiciosas.
Casi media plantilla. La mayoría, además, había desempeñado un papel relevante en el bloque mirandesista durante la temporada. Eran asiduos en la alineación y con un rango importante dentro de las formaciones del técnico de Usurbil. Para un equipo como el Mirandés, con una plantilla que ya de por sí no es amplia en número de efectivos, es afrontar los encuentros con una notable desventaja.
Limones es el último en caer. Este miércoles se fracturó el pómulo izquierdo tras un fuerte encontronazo con Ibra. Pasó la noche en un hospital de Oviedo y será baja en los próximos encuentros. Otra más. Lizoain dejará la alternancia que en la portería aplicaba el cuerpo técnico en la vuelta a la competición y será ahora el titular.
La defensa es la línea más castigada, lo que ha lastrado la evolución de un equipo que apuntaba muy alto tras ganar a Numancia y Huesca de forma consecutiva. De la lesión de Enric Franquesa nada se sabe, solo que no ha podido intervenir un solo minuto en los seis encuentros del maratón futbolístico profesional, lo que ha originado que Kijera no haya podido rotar. El veterano capitán lo ha jugado todo, salvo unos minutos en Tenerife.
Los dos centrales titulares, exponentes de la evolución que han mantenido los futbolistas que llegaban desde Segunda B, han caído. Primero fue Sergio, con lesión de tobillo al final del primer tiempo del encuentro disputado en Huesca y, posteriormente, Odei, en la rodilla, en Tenerife, lo que le impedirá ser de la partida lo que resta de temporada, dos semanas.
Estas ausencias han obligado al entrenador a tener que idear soluciones de emergencia, como poner a Carlos Julio o a Malsa en el eje de la zaga e incluso a Antonio Sánchez, durante unos minutos. El francés fue titular ahí en el último compromiso. Cumplió.
El lateral derecho Carlos Julio fue expulsado por doble cartulina amarilla (alguna, rigurosa) frente a la Ponferradina, lo que le impidió viajar a Tenerife. Todos los puestos de la defensa, por lo tanto, han sufrido bajas en este periodo de tiempo, lo que no ayuda a mejorar precisamente el balance defensivo del colectivo.
La medular también se ha visto mermada de jugadores. Malsa fue expulsado ante el Numancia y castigado con dos encuentros de sanción; y cuando volvió, recibió la quinta tarjeta amarilla, un hecho que derivó en otro partido sin jugar.
Fijo en el puesto de pivote por delante de la defensa, se ha perdido hasta ahora la mitad de los choques jugados tras la vuelta a la competición. Antonio Sánchez también ha sido un futbolista importante en el esquema del preparador guipuzcoano, principalmente por detrás del delantero. Se perdió los primeros duelos disputados en el mes de junio y cuando volvió al equipo acabó expulsado por doble amarilla en una jugada.
Todavía hay más. El delantero Matheus arrastraba problemas desde que el Mirandés volvió a los entrenamientos y tampoco pudo ser de la partida en los primeros choques. Se ha ido sumando de forma progresiva, mientras que a Mario Barco se le salió el hombro contra el Almería, en la jugada que originó el empate que conllevó la igualada. Es uno de los que ahora tampoco puede ayudar al conjunto rojillo.
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