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¿Dónde estaría este Mirandés si no hubiese cometido tantos penaltis, la mayoría 'penaltitos', término acuñado por el propio Andoni Iraola, no se mostrara tan ingenuo en tareas defensivas y si no fuera mirado por lupa por los árbitros y el VAR dentro de su ... área? La respuesta a la pregunta que se hace cualquier hincha rojillo también es unánime por parte de la afición: peleando por lograr algo histórico, muy grande. Por estar en lo más alto de la clasificación.
El dato objetivo revela que en las 38 jornadas disputadas los árbitros le han señalado un total de 13 penas máximas. O, lo que es lo mismo, el conjunto de Iraola es el más castigado de toda la Segunda División en este apartado. Cerca (hasta este domingo) se situaba el Las Palmas, con 12 penaltis en contra y el Numancia, con 10. Nadie más supera la decena de faltas cometidas y señaladas dentro del área en la competición doméstica de la categoría de plata.
A Málaga, Elche, Girona y Ponferradina solo le habían reconocido hasta este fin de semana cuatro, 9 menos que a los rojillos y eso, son muchos puntos de desventaja porque los jugadores rivales han atinado todos los penaltis que han tenido ante el Mirandés. Sus futbolistas han exhibido acierto y los porteros escasa pericia para desbaratar estas ocasiones para los adversarios. Hasta la fecha, penalti es sinónimo de gol en contra para los rojillos y son ya 13 los que han recibido así en 38 jornadas. Demasiados.
Es, para el Mirandés, un auténtico lastre que parecía desterrado, pero que ha regresado en la reanudación de la Liga. Han vuelto a producirse situaciones que tuvieron lugar al principio de la campaña y que retrasaron la fenomenal evolución que ha seguido el bloque a lo largo del curso. Que el equipo de Miranda solo haya sumado un punto en los dos últimos partidos, tras ser muy superior a domicilio a sus rivales y hacerlo casi todo para no solo puntuar sino para ganar, solo se puede explicar si se comprueba que dos de los tres goles de los oponentes han llegado desde los once metros: el que supuso el triunfo del Oviedo (1-0) y el empate a un gol de Hugo Fraile para el Fuenlabrada este pasado sábado.
Ni siquiera fueron acciones para evitar goles sino que la pena máxima en el estadio Carlos Tartiere se decretó con los protagonistas de espaldas a la portería, cuando el juego evolucionaba hacia fuera del área; y tras un codazo ante el Fuenlabrada, cuando la pelota se iba por línea de fondo y no había peligro. Prescindibles, aunque penaltis al fin y al cabo.
Demasiadas concesiones. Con cinco puntos más, que el Mirandés ha merecido en los dos desplazamientos, ahora estaría con 55. No ya completamente salvado (lo está virtualmente ) sino en 'play off'. Y mañana visita Anduva el Elche, conjunto que está inmerso en ese objetivo.
Demasiada inocencia y endeblez de todo el bloque en tareas defensivas. Y por otro lado, desde el banquillo mirandesista también se ha hecho referencia a que las decisiones arbitrales y el VAR son, en algunas ocasiones, especialmente meticulosos en el área rojilla porque en la contraria esas mismas acciones parece que no suceden o no se ven.
«Si vamos a pitar forcejeos en jugadas de estrategia, se pitarían 13 penaltis en cada partido. Todas las acciones nos caen en contra. Cada día el VAR es más protagonista, los partidos se deciden más por decisiones arbitrales», afirmó Andoni Iraola en la rueda de prensa tras el choque disputado en tierras madrileñas.
Y ahí el Mirandés va perdiendo, en el cómputo global, aunque hace dos días jugó contra diez, en superioridad numérica durante 70 minutos, un hecho que no pudo aprovechar.
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