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Toni Caballero
Miranda de Ebro
Martes, 25 de marzo 2025, 00:12
Ha transcurrido más de medio siglo desde que el periodista argentino, Dante Panzeri, acuñase la famosa definición de que el fútbol responde a la «dinámica ... de lo impensado», título con el que también nombró a una de sus obras. A grandes rasgos, el plumilla quiso destacar que el balompié, a diferencia de otras muchas disciplinas deportivas, presenta un gran porcentaje de libre albedrío y que, por mucho que se estudie o planifique, es el jugador a través de sus propias decisiones sobre el césped el que acaba dando forma a su desarrollo.
La temporada del Club Deportivo Mirandés es un claro ejemplo de ello. Nadie esperaba en agosto que los rojillos estuvieran instalados en las plazas de ascenso directo cuando marzo ya languidece, con 58 puntos en el zurrón, 8 unidades de colchón respecto al séptimo clasificado y un calendario a priori benevolente durante el último cuarto de curso.
Lo impensado, la sorpresa de ver a los jabatos en la zona noble de la tabla, hace meses que se tornó en una realidad tan palpable que no ya existe nadie del mundo rojillo que no confié plenamente en la candidatura al milagro. Partido a partido, sí, ese es el discurso oficial del vestuario, por mandato de Il Capitano Alessio Lisci, pero cada vez se hace más difícil disimular la sonrisa de ilusión que se dibuja en la cara de jugadores y aficionados. No se le pueden poner puertas al campo.
El prestigioso triunfo cosechado frente al Racing de Santander, que ha caído en las dos ocasiones que se ha visto las caras con los de Anduva esta temporada, descorchó la emoción acumulada en la aldea gala. La realidad por sorpresa, a día de hoy no hay ningún equipo que haya demostrado más credenciales ni méritos propios para ascender al primer peldaño del fútbol nacional.
Decía Lisci en el primer trimestre de competición que, en este deporte, lo importante es aprovechar las dinámicas y alargarlas al máximo posible cuando son positivas. Siempre hay cosas que mejorar, añadía, pero a tenor de lo presenciado en el fortín rojillo el pasado sábado, quedan pocos peros por corregir de un equipo que lleva algo más de un mes ofreciendo su mejor versión de la temporada.
La dinámica es la rama de la física y la subrama de la mecánica que estudia la relación existente entre el movimiento de un cuerpo y las fuerzas que actúan sobre él. En este contexto, la actual velocidad de crucero del Mirandés invita al optimismo y tanto cuerpo técnico como plantilla y afición son sabedores de que hay que alterar lo mínimo posible las fuerzas que actúan sobre el buque mirandesista.
Y es que, echando un ojo a los últimos resultados, los de Anduva han cosechado 20 puntos de los últimos 30 en juego. Sólo el Levante, el líder de la tabla tras 5 victorias al hilo, ha sumado más unidades que los rojillos en este periodo, 23 en concreto. Asimismo, el Mirandés es el cuarto mejor equipo de la segunda vuelta, en la que ha registrado 6 triunfos, 2 empates y 2 derrotas, con 18 goles a favor y 10 en contra.
La inercia es más que positiva, de hecho, como ya publicó semanas atrás ELCORREO, las matemáticas dictan que, de acuerdo a los antecedentes, el equipo que quiera campeonar en Segunda necesitará acumular 80 puntos para hacerlo. Así las cosas, los jabatos, que son el mejor local del torneo con 42 puntos retenidos en Miranda, no alzan la miranda más allá delCarlos Belmonte y quieren hacer bueno el triunfo ante los cántabros en la doble salida consecutiva a Albacete y Zaragoza.
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