Andoni Iraola 'asciende' a Segunda con el Mirandés

Llega Iraola a Miranda después de dirigir al AEK Larnaca de Chipre, con el que compitió en la UEFA Europa League. Firmó por el cuadro chipriota en el verano de 2018, hace un año, y logró superar las tres previas necesarias para colarse en la fase de grupos: Dundalk irlandés, al Sturm Graz austríaco y al Trencin eslovaco. Ahí compitió frente al Bayer Leverkusen y el Zurich, los dos conjuntos que pasaron de ronda. Logró un triunfo, a domicilio, en la ciudad suiza. Y, en octubre, logró la Supercopa del país mediterráneo, tras superar de manera contundente al Apoel (1-4), en una formación con varios españoles: Toño Ramírez, Mikel González, Truyols, Larena, Joan Tomás y Acorán Barrera.

En enero, sin embargo, dejó la ciudad chipriota y, desde entonces, se encontraba sin equipo. Estaba el AEK Larnaca a trece puntos del líder de la liga. Ahora llega al Mirandés, una formación que siempre ha trabajado de manera humilde, sin estridencias, y que ha vuelto a Segunda. La forma de ser de Iraola también es ésa, lejos de los focos, nunca una mala palabra ni una mala forma.

Siempre en el Athletic, con 510 encuentros en sus botas, pasó por varias posiciones, pero se asentó como lateral derecho. Cumplidor, hombre de club, cuando vio que no podía rendir al máximo con la entidad vizcaína prefirió echarse a un lado, dejarlo, y se marchó a Nueva York, a vivir una nueva experiencia. Allí coincidió con Pirlo, Lampard y Villa. De regreso a España, empieza su carrera en Segunda División, con tremenda ilusión y el objetivo de que el Mirandés se asiente en una categoría en la que la competencia resulta brutal con escuadras históricas como el Zaragoza, UD Las Palmas, Tenerife (entrenado por el vizcaíno López Garay), Cádiz, Deportivo, Málaga y una Ponferradina dirigada por Jon Pérez, 'Bolo'.

Pero nada de eso le amedrenta. «Somos el último equipo en ascender, pero a pesar de ello miraremos a los rivales de tú a tú. Quiero un modelo de juego atrevido, tratando de estar en campo contrario para que los partidos tengan ritmo y transmitir un poco desde dentro para que llegue», expuso. Asumió que el Mirandés hace una «apuesta» por su contratación, aunque esta circunstancia no le coloca una losa sobre su espalda. «Es una gran responsabilidad, pero la presión es algo que conlleva este cargo. Es un reto ilusionante», analizó.

Debido a que hace poco ha terminado el curso para el cuadro rojillo, la plantilla todavía está cogida con pinzas. Dispone Iraola de una decena de piezas, entre ellas el vizcaíno Galder Cerrajería. «Son días que no tienen horas suficientes para hablar con la dirección deportiva de muchos nombres, de muchos jugadores, de los perfiles que buscamos. Lo importante es acertar», deseó.