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ángel garraza
Domingo, 21 de junio 2020, 10:50
Ilusión, motivación y ambición. Es lo que mejor resume las sensaciones que emanan de un equipo lanzado, el único de Segunda División que ganó los dos primeros partidos tras el parón por el virus y que, con la salvación prácticamente garantizada, si esta tarde (17 ... horas, Anduva) vence a la Ponferradina, no solo encadenaría una nueva victoria, que es lo fundamental, sino que se auparía hasta la quinta plaza de la clasificación. Volvería, de lleno, a la zona de 'play off', un hecho que siempre ilusiona sin la obligación que tienen otros adversarios de jugar por el ascenso.
La única pena de todo esto es que la afición no pueda disfrutar en el campo de esta trayectoria. Debe hacerlo en la intimidad, en sus domicilios, o bien reunida en los establecimientos hosteleros, pero no por eso deja de ser consciente de lo que es capaz un equipo que ya no es la revelación de la categoría. Es una realidad.
Hoy buscará el tercer triunfo consecutivo postconfinamiento, algo que nadie en la categoría ha conseguido. Sería el cuarto seguido si se contabiliza el que se llevó de Alcorcón el fin de semana previo a que todo se parase.
Fútbol tiene. Aunque para ello debe sobreponerse a las adversidades. Ya han llegado los contratiempos tanto en el capítulo físico como en el de sanciones. Para hoy sigue siendo baja Malsa, que cumplirá ante los bercianos el segundo partido de castigo; podría estar disponible frente al Tenerife.
El lateral Enric Franquesa será, asimismo, baja. Es el futbolista que arrastra una lesión, no especificada, desde que se retomó la competición. Iraola no ha podido contar con él en ninguno de los tres encuentros.
A partir de ahí, el míster tiene al menos tres dudas. Entre ellas, la de Sergio González. El defensa se dañó en un tobillo al frenar un avance de un delantero del Huesca. Ya no jugó la segunda mitad y todo hacía indicar que se perdería la cita de hoy, pero Iraola no quiso descartar ayer al madrileño. Parece que sufre una lesión menos grave de lo que se temía el jueves.
Y, al margen del central, habrá que esperar a comprobar el estado de varios efectivos más. Matheus no viajó a tierras aragonesas a causa de unos problemas musculares y Antonio se quedó, igualmente, en casa. En una plantilla no excesivamente larga, el número se resiente. De hecho, solo hubo 16 jugadores de campo citados en El Alcoraz.
A todo ello hay que añadir que el Mirandés jugó el jueves por la tarde. Y volverá a presentarse sobre el césped menos de 72 horas después. Su oponente, el conjunto blanquiazul, disputó su anterior partido el lunes. Son tres días de diferencia entre uno y otro contendiente. En el actual formato de liga es una desigualdad excesiva para tratarse de una competición profesional.
Tal es así que los hoy locales solo tuvieron ayer por la tarde para preparar el choque, después de que el viernes fuese día de recuperación. Quienes establecen los horarios deberían cuidar más este detalle, ajeno a la igualdad que se presupone para todos.
La actual trayectoria del equipo rojillo, sin embargo, invita a mirar la botella medio llena. Es lo más aconsejable. Al otro lado de la balanza, aparecen aspectos positivos. El cuerpo técnico tiró de rotaciones el jueves. Por obligación o no, realizó cinco cambios y prácticamente todos los que jugaron cumplieron con solvencia. A pesar de que antes de la pandemia algunos no eran asiduos en las alineaciones. Pero ofrecieron una buena imagen, mantuvieron el tipo, dieron la cara y lograron un triunfo fundamental ante uno de los favoritos.
Y, unido a ello, figura el aspecto mental. Al que tantas veces se ha hecho referencia en los últimos meses, este caso alcanza una importancia capital. El Mirandés está lanzado y la motivación e ilusión que desprende el colectivo sirve para contrarrestar otros inconvenientes que pueden surgir, como los ya citados. Hoy afronta una nueva prueba para seguir por el mismo camino.
El cuadro berciano, por su parte, llega instalado cuatro puestos por debajo del Mirandés, con cuatro puntos menos que los rojillos. No podrá contar con el centrocampista Saúl Crespo, expulsado por doble cartulina amarilla en el anterior partido. El canterano es habitual en la medular de la Deportiva. El exmirandesista Ríos Reina será baja. El segundo capitán del rival de los rojillos sufrió el jueves un percance en una mano y se perderá el duelo pese a que ya estaba recuperado de su anterior dolencia. Respecto a Ivi, es duda, aunque no se descartaba que pudiese integrar la lista.
El árbitro del segundo choque sin público en Anduva será el vasco Sagués Oscoz. En el VAR estará Trujillo Suárez (tinerfeño).
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