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Raúl Canales
Miércoles, 14 de agosto 2024, 21:05
Las barcas volverán a navegar por el Ebro el próximo 31 de agosto para llamar la atención sobre el estado del río. Cuatro décadas después, las reivindicaciones son casi las mismas porque en todo este tiempo se ha avanzado muy poco. A nivel social, el movimiento ecologista ha perdido el fuelle que tuvo en otras épocas y en el plano institucional la recuperación del Ebro sigue siendo la gran asignatura pendiente. El compromiso adquirido por el Ayuntamiento para realizar un proyecto que permitiera darle más protagonismo al río, ha quedado en papel mojado. Pese a encargar a una empresa especializada un estudio de las aguas, la administración local no ha dado más pasos.
«Los políticos ya han demostrado que no tienen ni interés ni voluntad ni capacidad. Los únicos que podemos salvar el Ebro somos los ciudadanos», aseguran desde la coordinadora que organiza el acto de la Bajada, que apela a la movilización popular para conseguir que se den pasos en los despachos. El ejemplo a seguir está en la región de Murcia, donde se ha logrado personalidad jurídica para el Mar Menor. Algo similar se persigue en el Ebro, ya que grupos ecologistas de todas las localidades de la cuenca están tratando de unir fuerzas para promover una Iniciativa de Legislación Popular (ILP) que garantice ciertos derechos al río. El primer trámite para que la propuesta pueda prosperar es conseguir medio millón de firmas.
«Tenemos que concienciarnos de que el agua es un recurso cada vez más escaso y que nosotros, que lo tenemos en la puerta de casa, no lo valoramos. Hay que luchar todos para que el Ebro vuelva a ser un lugar del que podamos disfrutar todos», apuntan los integrantes de la coordinadora, que tienen claro que las riberas deberían ser «el mejor parque» de la ciudad, conservando su esencia natural. Sin embargo, ahora mismo las orillas del Ebro están desaprovechadas y lucen una imagen que dista mucho de ser la ideal mientras «otras localidades, con ríos menos importantes, lo cuidan más y le sacan más provecho».
Además de un proyecto de recuperación integral para que el Ebro vuelva a ser apto para el baño, esta edición de la Bajada, que comenzará a las 17.30 horas en el paraje de Los Pinos y posteriormente tendrá conciertos en La Esquirla, incluye entre sus reivindicaciones la eliminación de los puntos de vertido incontrolado, la denuncia de la instalación de un cementerio nuclear encubierto en Garoña y que la Confederación Hidrográfica no ponga en riesgo el caudal ecológico de los ríos. «Un río sano y limpio mejora la calidad de vida de todos los vecinos así que no podemos seguir dándole la espalda», matizan desde la coordinadora.
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